Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
RETIRADA REALISTA 351 evidencia hija de esta convicción: el ejército patriota, ansioso de ocu– par la ponderada capital peruana, ideal de su ambiciones y objetivo enloquecedor de sus ensueños, daríase por enteramente satisfecho con la ocupación de ese risueño emporio de la riqueza, la pompa y la belleza coloniales; y se adormecería ineluctablemente en la posesión de sus encantos y placeres. Era el señuelo, era la trampa tendida al presunto, fácil y momentáneo vencedor: "Ahí está, libre y disponible (pensaría el astuto virrey), la presa ambicionada por tí: cógela y sá– ciate"; mientras el general realista, satisfecho de realizar sus pla– nes, y paladeando las proyecciones de éstos en lo porvenir, se alejaría sin gran mortificación, antes bien, sonriendo a solas de la efímera gloria de su rival, engreído con ventaja tan liviana cuanto pasajera... VII Que este último no pensó nunca seriamente en estorbar la reti– rada realista (y menos en embestir al virrey a la salida, o en la ple– nitud de su progresión hacia la cordillera) acredítanlo los documen– tos que nos han dejado los archivos, relativamente a las órdenes e instrucciones comunicadas al comandante general de las montoneras peruanas o guerrillas, don Isidoro Villar; órdenes e instrucciones que, en vez de promover una organización hostil contra los realistas, necesaria y natural en esos instantes, en que se pudo desbaratar a la división evadiente con pleno éxito y facilidad, no se contempló otra cosa que la satisfacción misma de los anhelos expresados por el representante regio, en orden a la desaparición de cualesquiera pe– ligros o amagos de parte de los guerrilleros, cuya conducta posible, sospechada de violencia y latrocinio (sin decirlo) por parte del virrey, fue indignamente motejada en la proclama de éste; insulto inmere– cido de que San Martín hízose cómplice en las piezas antedichas, con sólo deferir a la solicitud virreinaticia, y haciéndolo, sobre todo, en los términos que se verán al pie (6). (6) 1.-"A bordo de la fragata Cleopatra, en el puerto del Callao, a 6 de julio de 1821.- Los infrascritos tienen el honor de trascribir el oficio que, con esta fecha ( *) les dirige el Excmo . Sr. don José de La Serna, y es como (*) Esto es, el 6 de julio, fecha misma de la retirada, lo cual deja comprender que la trascripción se hacía en momentos en que ya La Serna y su división hallábanse en camino. Nótese, al mismo tiempo, que, en esa nota de La Serna fecha 6, se dice resuelta la evacuación de Lima para el día si– guiente 7,· falsedad indudablemente dirigida a estorbar posibles hostilidades, preparadas o preparables para el 7, cuando ya la evacuación quedaba consu– mada el 6; ardid o engaño no condenable, y antes bien muy natural, en los usos y trances de la guerra.
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