Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

26 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ V Exagerando las cosas, y aún amplificándolas con efectos y pro– yecciones que en ningún modo tenían, Mitre, creador primario de lo que con razón se ha denominado "argentinismo" (15), concede a la timidez y paralización sanmartiniana toda la trascendencia de una gran victoria, final y decisiva: En tres meses, resume, se había pro– vocado la revolución de Guayaquil, quitando al enemigo mil quinien– tos hombres; ganado el norte; recibido el contingente del "Numan– cia" (650 plazas), quinientos voluntarios (;16) y quinientos deser– tores; insurrecionado el interior, y los alrededores de Lima; derro– tado, muerto o aprisionado a más de dos mil enemigos (mediante la división penetradora de Arenales); adquirido preponderancia mo– ral; consolidado las situaciones militar y política; y estrechado el asedio de Lima, próxima a sucumbir, sin necesidad de combates. "¡Una gran batalla, exclama, no habría dado mayores resultados !"– "¡Y todo, reflexiona, con cuatro mil hombres contra veintitrés mil!" El éxito, por tanto, dio según Mitre la razón a San Martín; de aonde dedúcese que el plan de éste, fue no sólo "juicioso", sino "el único posible en la desproporción de sus fuerzas" respecto de las españo– las; fuerzas (las independientes) que "era necesario conservar ínte– gras" (17). VI ¿Realmente corresponden estos JUICIOS a los cálculos y propó– sitos íntimos del capitán general independiente?. Oigamos, ante todo, lo que, en la intimidad de la comunicación epistolar, nos descubre uno de sus más próximos confidentes _y ami– gos, el "secretario de gobierno y hacienda en campaña", don Juan García del Río. Decía éste en la carta que, el 3 de febrero de 1821, dirigió a O'Higgins desde Huaura: "No me atrevo a calcular cuánto durará la guerra del Perú; pero sí me aventuro a asegurar que tene– mos para continuarla indefinidamente; y que su resultado será fa– vorable, aunque se dilate. La decisión de los pueblos, la inmensa extensión de terreno que ocupamos, y los recursos, y la distancia de la España para enviar refuerzos oportunos, garantizan nuestro triun- (15) Endiosamiento y superposición de todo lo que es argentino, prefe– rentemente tratándose de la independencia del Norte, y de Bolívar. (16) Fueron muchísimos más, como ya veremos . (17) Vida cit., III, págs. 59 y 60, passim.

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