Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

28 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ En el Perú, más que en lugar alguno de su actuación, comparece ante la historia convertido en un diplomático más que en un estra– tega; y, por eso, rompe otra vez en una cadena de negociaciones (Torreblanca, Punchauca, etc.). Perseverante y paciente como un be- nedictino; reservado como un sepulcro; y desconfiado de todo -pa– rado, al parecer, sobre la senda, y adormecido en la inacción, "muer– to" (como decían de él sus conmilitones y subalternos)- no quería nada fortuito, nada arriesgado; sino todo cierto y seguro, calculado y previsto. Sin defar de ser osado y audaz, su audacía y su osadía esta– ban subordinadas a sus combinaciones, estrictamente matemáticas. Por eso no quiso ni pensó nunca en batirse, ni siquiera en setiembre de 1821, cuando, con una ciudad entera, entusiasta y decidida a su es– palda, se dejó sobar las barbas dos veces por Canterac- Para ello calcularía de este modo: "si me bato y pierdo una batalla ¿en dónde formaré otro ejército? ¿En la Argentina? ¡Absurdo! Aquel pueblo está devorado por la anarquía. ¿En Chile? Es imposible, se halla exan– güe. ¿En el Perú mismo? Está bien. Pero ¿y los elementos, caídos todos, antes de mi llegada, en manos de los realistas? Ejército desar– mado o mal armado, es ejército perdido. ¿Expondré y desbarataré en un día las fatigas y los éxitos de varios años? . .. " De ahí que no piense un momento en luchar, sino en crecer y avanzar lenta, pero infaliblemente, "con sus pies de plomo", según palabras al Director chileno. Y, para avanzar, distiende los tentáculos de su pulpo ideal, por aquí, con Torre Tagle; por allá, con Alvarado, Gamarra y Aldao; hacia el sur, con Cochrane y Miller. Ya irá a lea con Tristán y a Pichincha con Santa Cruz. Y, no contento con lo que tiene desde el comienzo de su cruzada, y con lo mucho que ya le ha dado el pueblo por libertar, todavía demanda de Chile y de las PP. UU. del Plata, una cooperación bélica concurrente por los lados del orto y del mediodía ( 23). (23) Se ha explicado, en otro lugar, todo lo referente a esta demanda de auxilios (formulada por el prócer en Supe, el 3 de diciembre de 1820) y llevada ante O'Higgins por una comisión especial, constituida por los patriotas pe– ruanos Lorenzo Valderrama y Tomás Landa . En la comunicación pertinente decía San Martín: "Una expedición de 500 hombres, al menos sobre la costa de Arequipa, cuyos habitantes son, quizás, de los más decididos por. nuestra causa, produciría el doble efecto de privar al enemigo de los recursos que ella puede proporcionarle, y dar un golpe a la opinión, que sea tanto más im– p revisto cuanto m enos esperado".- Y, entrando en la esfera de su diplomacia ha~itual, ya conocedor profundo de la sindéresis interesada y codiciosa de los chilenos, cuya ley moral única es la utilidad, agregaba: "Cualesquiera que sean las atenciones actuales de ese gobierno, creo que la realización de este pro– yecto es p referible a todos, y que el presupuesto de los gastos que él exige

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx