Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
LA PESTE Y SUS ESTRAGOS 35 res de la enfermedad aludida, no existieron en la dolencia padecida J..Or el Ejército Libertador en Huaura (4). VI Ello es que ésta, ya alarmante desde princ1p10s de febrero y cruel a mediados de marzo, recrudeció enormemente en abril, y se hizo desastrosa, sobre todo, en mayo. El 25 de febrero, según el pro– pio San Martín, hubo más de mil doscientos enfermos en hospitales (5); el 6 de abril según él mismo, pasaban aquéllos de dos mil (6); (4) Entre los escritores que aceptan el error, cuéntase Paz Soldán, quien, en la pág. 161, t. 1 de su Historia del Perú Independiente, dice: "La ciudad de Lima y los valles inmediatos son malsanos en ciertas épocas del año, y de tiempo en tiempo se desarrolla una epidemia mortífera, que después se ha reconocido ser la fiebre amarilla o vómito prieto, que tanto aterroriza a los extranjeros en las costas del golfo de Méjico y de Colombia. En Lima los resul– tados no son tan funestos, porque el número de muertos, entre los atacados d~l mal, es corto; pero los que han sufrido la peste quedan inuttlizados para todo servicio por algunas semanas. El ejército patriota situado en Huaura y pueblos inmediatos, fue atacado de esa horrible enfermedad; y el mal se au– mentaba, etc.".- A esto, con mucha razón, dice Mariátegui: "No es cierto que, en los valles inmediatos a la capital y en ésta, se desarrolle una epide– mia mortífera, que después se haya conocido ser la fiebre amarilla. No es cierto que el clima de Lima y valles inmediatos sea malsano. No hay memoria de que haya pasado por esta capital la fiebre amarilla, antes de 1854; ni la epidemia que reinó en el Ejército Libertador fue la fiebre amarilla . . . La en– fermedad de las tropas provino de desórdenes; de comer frutas verdes; de to– mar con exceso el zumo de la caña molida en la hacienda del Ingenio. No ha– blo de memoria, ni es ésta opinión mía. Fue la del médico doctor Fuentes, que las asistió; fue la de los doctores Unánue y Tafur, Pezet y Falcón, a quienes les oí disertar con tino sobre esas enfermedades sufridas por la tropa. Apelo al testimonio de la facultad médica y al examen de los libros de los hospitales, para desmentir la desconocida fiebre amarilla que se desarrollaba en ciertas épocas del año".- Anotaciones, págs. 58 y 59. (5) Nota de aquella fecha, así concebida: ''Sr. Coronel don José Ignacio Zenteno, etc.-Sin embargo de que, por duplicado, remito a US. la nota de medicinas que con urgencia necesita el ejército, debo hacer presente, para conocimiento de S. E. el Supremo Director, que, habiendo actualmente más de mil doscientos enfermos en el ejército, con pocas probabilidades de que se disminuya aquel número, por falta de medicinas, es preciso que, en el pri– mer buque que salga, y que, si es posible, debe fletarse a propósito para con– ducir éste y otros artículos que pido con instancia, se sirva US. remitírmelos, por el grande interés de restablecer y conservar la salud del ejército .-Dios,, etc.- Cuartel general en Huaura, etc.-José de San Martín". (6) Nota de la fecha indicada, también dirigida a Zenteno, y que decía: ''He tenido la honra de representar a US., en varias de mis anteriores comu– nicaciones, la urgente necesidad que hay en el ejército de medicamentos, y la imposibilidad de proporcionarse estos artículos en los pueblos que ocupan
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