Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

LA PESTE Y SUS ESTRAGOS 39 cargo de una obligación de gratitud y de gloria, que no tiene can– celada todavía la historia de nuestro pueblo. Es el caso que, por noticias emocionantes llegadas del campa– mento, y aun por angustiosas y frecuentes solicitaciones del cuartel general, corrió entre los patriotas limeños la triste especie de que "el Ejército Libertador se deshacía sin remisión", por la extinción de toda clase de medicinas en los botiquines de servicio, pocos y muy escasos, venidos con la cruzada emancipadora a bordo de la fra– gata Peruana, al cuidado del jefe de la sección don Santiago De– blin, con los médicos y cirujanos Zapata y Paroissien. Desde luego, en cuanto a personal, despachóse ocultamente, a oordo de uno de los buques de la escuadra de Cochrane, al doctor Fuentes, en compañía de algunos topiqueros expertos, enganchados en Lima; y, por lo referente a medicinas, procedióse inmediatamente a levantar una erogación, que, ascendiendo a competente cantidad, permitió hacer grueso envío de los medicamentos que más se nece– sitaban, como la ipecacuana, el crémor, el sulfato de quinina, etc. (24). La segunda remesa, que constituyó "una botica entera, bien sur– tida, escogida y técnicamente preparada" bajo la dirección del pro– pietario de la farmacia del Espíritu Santo, don Guillermo Geraldino (25), cayó como lluvia de bendición en las enfermerías de Huaura, donde, gracias a este donativo, salvaron muchos apestados de una muerte segura e inevitable. (24) "Los patriotas de Lima (confiesa a este propósito Bulnes) vaciaron las boticas" de esa ciudad.- Loe. cit.- Este autor disculpa a Chile, afir– mando que "las súplicas de San Martín para que se le mandasen medicinas, no pudieron ser atendidas con Ja rapidez que el mal exigía, porque no las había en Chile, en la cantidad necesaria (aseveración inadmisible), ni se había previsto la posibilidad de un mal tan generalizado (esto sí era la verdad). Sin embargo, se le mandaron ... de Chile cuantas pudieron encontrarse''.– Loe. cit.- "Verdad es, dice Mariátegui, que hubo pocos remedios en Huau– ra, porque, por descuido de los jefes de la expedición, no los sacaron de Val– paraíso, lo que dio lugar a las quejas de Monteagudo (en la carta copiada más atrás); pero también es verdad que, en cuanto supieron los patriotas esa falta, acudieron para hacerla desaparecer':.- Anotaciones, pág. 59. (25) Mariátegui, loe. cit.- Por el valor de esta segunda remesa "se obh– garon cuatro limeños, si San Martín no ocupaba la ciudad; mas San Martín la pagó. Ese pago se hizo por la Tesorería (de Lima), y de ello hay constan– cia en esa oficina y en el Tribunal de Cuentas; no habiéndose pagado un ba– rril de crémor, que un tercero mandó poco después, porque no quiso cobrar– ld'.-Loc. cit.

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