Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PRIMEROS ACTOS DEL PROTECTORADO 625 mera época habíase publicado en Huaura y Barranca, durante la campaña emprendida sobre Lima (30). Por "aviso oficial" del 25 de julio, inserto en la Gaceta (núme– ro 5), se previno, "a todos los editores de papeles públicos", la pro– hibición de "imprimir bandos ni otras cualesquiera providencias de oficio, cuya publicación pertenecía exclusivamente a la Gaceta de gobierno, destinada a este objeto". XXVII Muy poco, pero a la verdad notable, se hizo en lo referente al culto. La iniciativa partió esta vez del Consejo de Estado, en cierta consulta del ministro de guerra Monteagudo. En nota del 10 de di– ciembre y refiriéndose a la prestación prematura de los votos r~ ligiosos, materia en la que, por determinados intereses personales, habíase dado en el extremo de hacer profesar aun a menores, hijos o hijas de familia, el Consejo decía: "Comprobando la experiencia y mil de 1 sgraciados sucesos, con descrédito de la moral y la política, cuán tristes resultados produce, por lo regular, la prestación pre– matura de los votos religiosos, privando a la sociedad (much;:ts ve– ces contra la voluntad de los que profesan) de otros tantos padres y madres de familia y sembrando en sus corazone3 una aversión a nuestra augusta religión, por sólo el defecto de política; y, debién– dose poner un remedio tan conforme a los sanos principios de ésta corno a las máximas evangélicas, estima el Consejo conveniente que se coarte la entrada en los claustros de las personas que no tengan una verdadera vocación, disponiendo que los hombres no puedan prestar en ellos los referidos votos antes de cumplir los treinta años; y las mujeres antes de los veinticinco". Así lo dispuso el Gobierno e1 14 de diciembre, conformado con el anterior dictamen del Consejo de Estado. Un mes antes ( 13 de noviembre) se había dispuesto que ''cuan– tos aspiraran a llenar las vacantes de las dignidades, canongías y (30) Expusimos ya que la Gaceta imprimíase, por el administrador o regente don Manuel Peña, en la Imprenta de Ruiz, así llamada por su dueño y establecida en la calle de Bejarano. Allí siguió editándose hasta el número 30. El número 31, del 24 de octubre de 1821, salió ya en la Imprenta del Esta– do, adquirida para esa fecha. Las suscripciones a ese órgano oficial recibíanse en la propia imprenta y en el "Estanquillo de Bodegones", según aviso inser– to en el núm. 3. Cada uno de sus números constaba de cuatro páginas, en 4"' mayor ·y sin columnas. En cuanto a El Pacificador, editábase en la imprenta de López y Cía., "puesta, dice el aviso correspondiente, en la antigua Canci– llería". Salía en Lima los sábados, y se expendía "a dos reales el pliego" se– manal, o sea a peso por mes.
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