Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
.. / MONARCOMANIA DEL PROTECTOR 31 <.:... "Las mutuas relaciones que existen entre las varias clases que forman la sociedad del Perú, tocan al má.ximum de la contradicción con los principios democráticos. La diversidad de condición y mul– titud de castas; la fuerte aversión que se profesan unas a otras; el carácter diametralmente opuesto de cada una. de ellas; en fin, la diferencia en las ideas, en los usos, en las costumbres, en las necesidades y en los medios de satisfacerlas, presentan un cuadro de antipatías e intereses encontrados, que amenazan la existencia social, si un gobierno sabio y vigoroso no previene su influjo. Es– te peligro es hoy tanto más grave, cuanto más se han relajado los miramientos y habitudes que sirven de freno a las animosidades recíprocas; ellas serán más vehementes y funestas, a proporción que se generalicen las ideas democráticas, y los mismos que ahora las fomentan serán acaso sus primeras víctimas. "Aún los hombres, que piensan , y son capaces de analizar los nuevos principios que adoptan, cometen frecuentes errores en su aplicación, hasta que la experiencia rectifica su juicio. Las diver· sas castas que forman la mayor parte de la población del Perú, lejos de poder entrar en el análisis de la más simple idea, apenas ejercitan su inteligencia, porque la política feroz de los españoles empleaba todos los medios de extinguirla. En tal estado, y sin más criterio que aquel de que son susceptibles los hombres oprimidos e insultados por continuos ultrajes, naturalmente creen, al oír pro– clamar la libertad y la. igualdad, que la obediencia ha cesado ya de ser un deber; que el respeto a los magistrados es un favor que se les dispensa, y no un homenaje que se rinde a la autoridad que ejercen; que todas las condiciones son iguales, no sólo ante la ley, porque ésta es una restricción que no comprenden, sino en la más absurda latitud del significado que admite la igualdad; y, en fin, que es llegado el tiempo en que, si se les niega el ejercicio de sus quiméricos derechos, hagan valer el número y robustez de sus bra– zos endurecidos en las fatigas de la servidumbre, y demasiado des– iguales en fuerza ,. especto de los que animan a la democracia con escritos que se resienten de la debilidad de su complexión. Es nece– s.ario concluir de todo, que las relaciones que existen entre amos y esclavos, entre razas que se detestan y entre hombres que for– man tantas subdivisiones sociales cuantas modificaciones hay en su color, son enteramente incompatibles con las ideas democráticas''.
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