Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PLAN DE MONARQUIZACION 39 herido con la probabilidad de que aquéllas y éstos llegasen a desa– parecer; listo a cooperar en el sentido de su reconocimiento y con– servación; y, por tanto, resuelto, a la primera insinuación y en cualquier momento, a apoyar, con todas sus fuerzas, la proyectada reposición de la forma monárquica, ya aparatosa y brillante, tan– gible y próxima, como localizada en el Perú. IV No todos los nobles pudieran calificarse de adictos a tal innova– ción; porque ya hemos visto que algunos, sinceramente liberales, se habían manifestado descubiertos y decididos adherentes de la inde– pendencia y, con ella, de esa democracia invívita en los ideales, pre– conizada en los manifiestos, planteada en los programas y susten– tada en los estanaartes del movimiento emancipador. Largo y su– perlluo sería, en obra como ésta, detenerse en detalles demostra– tivos del número y la calidad de tales adherentes; así como de la se– riedad e importancia de los servicios; que prestaron a la causa liber– tadora; y, a ese respecto, nos limitaremos a copiar el notable resu– men dado sobre este punto por un apreciado historiófilo de la nue– va generación: "Muchísimos fueron, dice, los nobles que prestaron servicios a la causa de la patria. El primer voluntario peruano que se presentó al ejército de San Martín, fue el marqués de San Mi– guel. Piénsese como se quiera de la conducta posterior del marqués de Torre-Tagle, no es menos efectivo que, con su pronunciamiento en Trujillo, puso todo el norte del Perú, un tercio del territorio del Virreinato, en manos de San Martín. El marqués de Bellavista lo ayudó en esta empresa. Los Zárates, hijos del marqués de Mon– temira, y el conde de la Vega del Ren, conspiraban en Lima desde hacía muchos años. Los Aliagas, en varias ocasiones, suministra– ron dinero para los trabajos de los patriotas, aun cuando se arre– draron, como tantos otros, en el momento crítico. El marqués de Aulestia ocultaba y protegía las conspiraciones de su sobrino Riva– Agüero. Patriotas activos fueron el coronel don Francisco Carrillo y Mudarra, hermano del marqués de Santa María; y el mayorazgo don Francisco Mendoza y Ríos. El vizconde de San Donás, Juan de Berindoaga, prestó el contingente de su experiencia administrativa en el ramo de Guerra; y B'olívar lo fusiló más tarde, no por trai– ción, sino por negra venganza. En las filas de la patria sirvieron el marqués de Villafuerte y el joven conde de Olmos,, que era el futuro general Orbegoso. El conde de Vistaflorida, Salazar y Baquí– jano,, y los dos generales Juan y Francisco Salazar y Carrillo de Cór-
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