Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

520 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ o una parte del Ejército patriota, tenía éste a sus espaldas, para rehacerse, la amplia y riquísima región de todo el norte del Perú, decidida por la causa de la independencia, con secciones, como las de Ruarás y Caj:=rmarca, que eran las más pobladas del territorio, después de las de Puno y el Cuzco (37). ¿Acaso el temor de perder una batalla en las proximidades de Santiago, y, con ella, la eman– cipación chilena (cosa que pudo suceder) detuvo el ímpetu del gran capitán salido de Mendoza; le mantuvo inerte en presencia de las tropas coloniales; y le arrastró a esquivar las batallas y ,victorias de Chacabuco y Maipú? ¿Que habría sido de la libertad peruana, si, imitando Hl Protector, en peores condiciones y cir– cunstancias, Bolívar y Sucre hubieran renunciado a combatir y triunfar, sobre los campos de Junín y de Ayacucho? · Los españoles vanagloriáronse con razón de sus hazañas estra– .tegicas, consumadas con suma habilidad, mas no por efecto de su solo mérito, sino, ante todo, por dejadez y tolerancia de sus adver– sarios. "El astuto y alebronado enemigo, dice García Camba, apenas atrevíase a separar de sus atrincheramientos alguna guerrilla". Vamos pronto a palpar las consecuencias de la inercia en que, con vanas esperanzas de acom\'Ido y pacificación. basadas en el malhadado plan de monarquía peruana, se hundió el bravo capitán que pudo y debió ser nuestro solo y único libertador; consecuen– cias que, en breves rasgos, hemos visto resumidas por el fogoso apasionamiento de lord Cochrane: "La fuerza española, en su triun– fadora retirada, fue una calamidad para el país . . . Los españoles pudieron levantar ejércitos poderoso~. hacer derramar torrentes de sangre, y exponer la causa a un fracaso completo. . . Ese fra– caso habríase producido si el ejército de Colombia no hubiera acudido a hacerles frente. Chile mismo lh'·.gó a temer por su liber– tad, al extremo de haberme suplicado, cuando dejé el .Pacífico, vol– ver en su defensa para evitar desastres que nadie hubiera podido impedir" (38) . No importa que quien esto dijese fuera un enemigo acérrimo de San Martín. La verdad es una, y hay que ir, a veces, a escu– cliarla de labios que, si la vierten envuelta en la hiel de la pre– vención o de la venganza, una vez expurgada de esas pasiones, ufrécenla potente, incontestable, ardiente en su exactitud, ampa– rada en su desnudez por la imparcialidad y por la justicia. (37) Ahora mismo (1914), el departamento de Ancash es, sin exceptuar al del Cuzco y Puno, el que tiene mayor población absoluta en la República; Y el de Cajamarca, el que dispone de mayor población relativa. (38) Pasaje ya citado en la pág . .516.

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