Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

CAPITULO VI SEGUNDA RETIRADA DE CANTERAC I No había pas~do inadvertida para los patriotas la misteriosa y fracasada salida que Canterac emprendiera en la noche del 14; pues cuenta Miller que aquel día "fue nombrado para mandar se– tecientos hombres, compuestos de las compañías de cazadores del ejército libertador, para obrar como una columna de observación y estar pronto a marchar al primer aviso"; y agrega que "el 15 esa columna hi~o un movimiento lateral, a consecuencia de haber principiado a retirarse Canterac; pero que, habiendo éste retro– cedido repentinamente al llegar a la desembocadura del Río Ri– mac, media legu'i de distancia del Callao, esas compañías a las órdenes de Mille1 · volvieron a su posición de Mirones" (1). II Tendida la falsa línea de batalla del 16, frente a la que los inde– pendientes conservaban desde mucho antes en La Legua (2) (fan– tástica maniobra exclusivamente encaminada a proteger y ocultar la que en tales momentos practicaba el grueso del ejército realis– ta) vimos que éste último, a retaguardia y por la izquierda, mar– chaba a banderas replegadas sobre el Rimac, para escapar hacia el norte, en dirección de la hacienda de San Agustín (3), después de vadear el río frente al fundo de Villegas (4). En tales circuns- (1) Memorias, pags. 325 y 326.- Miller se hallaba entonces enfermo de tercianas y, según sus palabras, "sufría tanto, que tuvo que hacerse condu– cir a Lima, donde el cuidadoso esmero y bondad de la baronesa de Norden– flicht le restituyeron la salud en sólo dos días". Loe. cit. (2) La Legua y Mirones pertenecen (1914) al distrito de la Magdalena. (3) Hacienda del distrito de Ancón. (4) Hacienda del antiguo distrito de Bellavista, y hoy del Callao.

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