Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

ESPAÑOLES E INDEPENDIENTES 553 templaron "con aplauso general'', como que envolvía "conocida ven– taja para el buen servicio" ( 1). Pero antes adoptó otras concurren– tes, dirigidas a mejorar la airección de us unid;'ldes tácticas, in– tensificar la potencia estratégica de los institutos superiores, y completar la adquisición de elementos de cierto orden, indispensa– bles para toda campaña proficua. Basando sus apreciaciones en el mérito de los últimos éxitos y servicios, que habían descubierto altas cualidades de acierto y pre– visión en algunos de los jefes, principalmente en el paso y repaso de la cordillera y en las ágiles maniobras practicadas al frente de Lima y del Callao, llamó a más altas funciones a los subalternos distinguidos. Nombró al coronel Alejandro González Villalobos, gran trabajador, profesional experto e infatigable, subinspector ge– neral de las tropas milicianas como de línea; hizo ayudantes se– gundos del Estado Mayor General, a los tenientes coroneles de caballería don Andrés García Camba; y de infantería, don José Ramón Rodil; designó comandante en jefe de todo el ejército acantonado en el valle de Jauja, al brigadier don José de Can– terac; colocó al coronel don Juan Loriga en el puesto de jefe de E.M.G. del mismo, denominado Ejército de Lima por su reciente procedencia; y envió al bizarro coronel don Jerónimo Valdés para jefe del E.M.G. del ejército de Arequipa, menesteroso de un hom– bre como aquél, por hallarse a lª sazón su comandante en jefe, teniente general don Juan Ramírez, fatigado y enfermo; y no ser justo despedirlo, dados sus muchos sacrificios a la causa espa– ñola y sus notorios cuanto antigfios merecimientos a los ojos de la misma. 11 Ordenóse un reclutamiento extraordinario en las provincias de la retaguardia, o sea en las de Puno, Cuzco, Apürímac y las lejanas del Alto Perú, a fin de encontrar, en forma rápida, incre– mentadas las filas al llegar al Cuzco; se mandó reforzar, ·con parte de los presuntos reclutas, las guarniciones de Puno, Arequipa y Tacna; y, para proveer a la recomposición del armamento, así co– mo a la preparación de abundantes municiones de guerra y a la consecución de medicinas, que escaseaban en los almacenes, des– pachóse al Cerro de Paseo una columna ligera, que, a órdenes del comandante don Dionisia Marcilla, llenó satisfactoriamente, si no del todo, los enunciados cometidos. ( 1) García Camba, op. et vol. cit., pág. 435.

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