Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

PLAN DE MONARQUIZACION 63 a l~ g~neralidad , que en su concepto, contemplaría. envidiosa y bo– quiab1.erta, aquellos arreos aristocráticos. Pero esas gentes eran pocas. Buen nllinero de ciudadanos com– prendía cuál era el oculto designio envuelto en tales novedades; y en la intimidad, ya que de otro modo no le era posible, lamentaba sinceramente, así el final a que se dirigían, como el abandono cierto en que por él quedaban los ideales supremos de la revolución. No hay más que interrogar a los escritores testigos de los he– chos, y pesar el significado de sucesos posteriores, para convencerse de que la Orden del Sol no cayó~ en terreno propicio, y antes bien fue odiosa y repugnante para cuantos peruanos tuvieron, entonces y después, alguna intervención en los negocios públicos. "Deaididos San Martín y Monteagudo, dice Mariátegui, por la forma de gobierno monárquico; creyendo, o aparentando creer, que la mayoría de los peruanos tenía las' mismas ideas y aspiraba a darse un rey o un emperador, trataron de prepararlo todo para con– seguir lo que se proponían; y de aquí la idea de una orden aris– tocrática y la creación de la del Sol. Creía Monteaguoo que todos los peruanos pensaban como él y que era fácil engañarlos, aluci– narlos y hacerlos renunciar sus derechos por ridículos distintivos Por esto se apresuró a que al Estatuto Provisorio siguiese la creación de una Orden''. Esto, en cuanto a la clara noción que los hombres como Mariá– tegui, tenían de la finalidad de tal instituto. En cuanto a la manera cómo sus coetáneos lo recibieron, el mismo prócer se expresa así: "Tan creídos estuvieron los autores de esta orden de que ella sería admitida; que San Martín, al entregar el mando al Congreso que reu– nió el 20 de setiembre de 1822, dejó tres pliegos, uno de los cuales contenía la recomendación más expresiva para que esa orden fuese aprobada. Muy distante de ello estuvo el Congreso, del que una gran mayoría era republicana y desaprobaba tan aristocrática institución. Acordó .entonces la mesa, después de inquirir y explorar, en una gran mayoría de diputados, lo que se haría, guardar la nota, echarla al archivo y olvidarse de ella, hasta mejor ocasión. Así dormía este negocio, cuando supieron los diputados que el general B'olívar se preparaba, en marzo de 1825, a pedir al Congreso la institución de la orden de "Libertadores", a la manera de la del Sol, y más aristocrá– tica que la que, con el mismo nombre, existía en Colombia; y en– tonces todos los diputados condecorados con es.a orden, presentaron una proposición, pidiendo que el Congreso la extinguiese. Inmedia– tamente se dió la ley de 9 de marzo, en que se dijo que, "siendo la Orden del Sol, instituida en tiempo del gobierno provisorio, poco conforme (nada conforme debió decir) a las bases de la constitución

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