Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PLAN DE MONARQUIZACION 67 mitad de la misma banda, una medalla de oro, con las armas del Estado en el anverso, y esta inscripción en el reverso: Al Patriotis– mo de las más sensibles.- 2? La Alta Cámara, cuya eminente atri– bución es hacer justicia, pasará al Ministerio de Estado una razón de las patriotas que, por el voto de la opinión pública, se han distin– guido más, para que el gobierno las declare comprendidas en el ar– tículo anterior.- 39 Los parientes inmediatos de las patriotas que obtengan este distintivo, serán preferidos, en igualdad de circuns– tancias, para los empleos que pretendan". XXIX Jamás Monteagudo estampó un preámbulo ideológicamente más vulgar, exangúe y desairado que éste, ni literalmente más anfibo– lógico y pedestre (19), sin duda porque, al :riedactarlo, tropezó con lo necio del objetivo, lo mezquino del asunto y lo extravagante del propósito. Y son de imaginar los apuros en que se habría puesto la Alta Cámara de Justicia ( 20), para formular la odiosa relación que de ella se demandaba, en una ciudad como la de Urna, donde las mu– jeres lograron siempre constituirse en el más poderoso resorte de valer y de influencia, y creyesen (pues con frecueL.cia sucede) con sus amaños y exigencias obtenerlo todo. Tal ocurrió en el presente caso. Esa orden femenina, "paralela" a la del Sol, como la llama Mitre, "se distribuyó, dice éste, con más galantería que discreción haciéndola extensiva a las más bellas y amables damas, lo que dio motivo a murmuraciones mujeriles, que el tiempo no ha apagado todavía" (21). (19) Véanse si no estas frases, cuyo sentido hay, no que comprender, si– no que adivinar: "El carácter tierno de sus relaciones (del sexo más sensible) en la sociedad, ligándolo más al país en que nace, predispone doblemente en su favor todas sus inclinaciones".-"Las que tienen los nombres expresivos de madre, esposa e hija, no pueden menos de interesarse con ardor en la suer– te de los que son su objeto". Agréguense esos sentimientos que relevan los atractivos, ese régimen de bronce, esos desgraciados a turno, esos corazones que suspiran sinceramente por la patria, y esa Alta Cámara distribuidora de bandas o fajas femeniles, porque su eminente atribución es hacer justicia; y se convencerá el lector de la fecundidad con que, en la pieza a que aludimos, se ha vertido tal desventurada serie de lugares comunes, incongruencias frus– lerías y necedades. (20) Decimos se habría puesto, y no se pondrá porque, según lo dijo la Gaceta núm. 7, del 23 de enero de 1822, San Martín mismo fue quien ''or– ganizó (sic) y ordenó aplicar" la lista inserta en la nota 22. (21) Op. cit., t . III, pág . 227.
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