Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

CAPITULO I SAN MARTIN EN BUENOS AIRES Y EN MENDOZA.– LA IDEA FIJA.- PRIMERAS CONTRARIEDADES.– LA RENUNCIA. I Ya exaltado a los ápices del predominio y de la gloria, tanto más resplandeciente y de todos querido, cuanto más modesto y abnegado, San Martín, sin preocuparse lo mínimo de su tranqui– lidad y bienes personales, quiso aprovechar el influjo supremo y la figuración aplastante que dábale la victoria, en la sacra empre– sa de la independencia perentoria y real de estas naciones. Y así, sin acabar siquiera de sacudirse el polvo del c2.mino, ni limpiarse de las salpicaduras sangrientas de sus lides heroicas, emprendió dos sucesivos viajes a Buenos Aires, inmediatamente después de los sonados triunfos de Chacabuco y Maipú. Ya vimos cómo, antes de cumplirse un mes del primero de aquéllos éxitos, despidióse de su ejército (10 de marzo de 1817), anunciándole una corta ausencia, "de dos meses a más tardar"; ausencia a que lo impulsaba "el bien de la América" y que le exi– gian, conjuntamente, los directores supremos de las PP. UU. y de Chile, por inaplazables "exigencias del interés general" ( 1). En pie, tomando su frugal refacción en la cocina de su acostumbrado alo– jamiento (2) hizo, en la citada fecha, llamar a su querido ayudan– te de campo, capitán O'Brien, irlandés fachoso y giganteo que ya había sido subalterno suyo al frente de una de las compañías de Granaderos de a caballo; y le anunció una inmediata salida, con orden de prepararse para hacerla esa misma tarde. A las cuatro en punto partía, en efecto, acompañado de los argentinos y chile– nos más prominentes, hasta la llamada esquina del Fraile; y, en carroza oficial, aceptada a regañadientes, perdíase, camino de la (1) V. el vol. I de la presente obra, pág. 520. (2) El palacio de los obispos.

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