Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
DIFICULTADES POSTRERAS 181 cias por su pequeñez e hipocresía, claramente dirigidas a envol– ver, aislar y desarmar al prócer, y a incapacitarlo para alguna de sus audacias o explosiones en el instante en que hiciérase facti– ble salir de él. Con un poco más de franqueza y energía, fácil fue realizar tal objetivo, aceptando las renuncias que en marzo y abril presentara al gobierno el presunto desahuciado; pero se prefirió la encrucijada al camino recto, y todo acabó mal. El digno y mesurado Guise pareció ser el candidato llamado a reemplazar al gran marino, y ya vimos que, con este oculto propósi– to, fue en multitud de ocasiones preferido a determinados aliijados del lord; favorecido, contra el beneplácito de éste, con el mando de la "Independencia"; escuchado contra las providencias vigorosas varias veces expedidas por Cochrane contra él mismo; y, en fin, distinguido en todo caso con la simpatía y protección de los hom– bres del poder. Gran amigo, casi hermano de Guise, era el capitán Spry, su com– pañero de viaje y su segundo en el negocio de la "Hécate". En conse– cuencia, a los ojos de Cochrane, que había, a su arribo, visto la es– cuadra dividida en dos bandos -guisistas y cochranistas- cualquie– ra exaltación o distinción discernida al segundo de esos comandan· tes, resultaba, en resumen, un beneficio dispensado en aras del pri– mero, y un desmedro de su propio prestigio y de su poder. Pues bien, Spry, a pesar de todo, fue nombrado capitán deban– dera de la "O'Higgins", que, completamente reparada, en Valdivia antes y en Talcahuano después, continuaba en su papel de nave al– miranta, y era, por tanto, el buque comandado por el propio Cochrane. Tendría, pues, Spry que ser el segundo comandante de aquel buque, y quedaba constituido a su bordo en el carácter de funciona– rio inmediatamente inferior al primero de los de la escuadra, a Cochrane. En caso de ausencia, enfermedad u otro impedimento de éste, ya se comprenden los resultados directos de la designación hecha por Zenteno, que así daba un paso máximo en sus resolucio– nes secretas. Era el camino abierto a Guise, misteriosa, astuta, socarrona– mente; y, en el momento preciso, ya no habría complicación, difi– cultad u obstáculo que temer.
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