Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
188 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ quidación y abono de partijas en las presas, en cuya distribución só– \o el lord tenía opción a una cuota de 67.000 ps. Todo, todo pareció ,tllanado para la ya próxima y épica campaña emancipadora. Cochra– rie se abandonó por completo a los aprestos navales de que se habla– -rá después, y pareció olvidar en lo absoluto sus querellas, y perdo– tar a todos los que alguna participación habían ten ido en los últi– mos desagradables incidentes; a todos, menos a San Martín, gene– ral en jefe de la que él, irónicamente, llamaba "great expedition", y usurpador, a sus ojos, de un comando a que él se creía llamado, más que otro alguno, con legítimo derecho. Odio vivo, reconcentrado, es el que el gran almirante del Pacífico profesa a su émulo el excelso Aníbal de los Andes; odio que, en 19 de agosto de 1820, al recibir sus instrucciones, en la víspera cabal de la partida hacia el Perú, llega a rayar en paroxismo, viendo cómo, en ese documento que ya conoce– remos, se le manda estar, decididamente, aun en las operaciones na– vales de su incumbencia, a las órdenes que impartiérale San Martín. Ese sentimiento -ya lo veremos- rebasará y estallará ruidosamente en el Perú, imprimiendo mácula imborrable en el prestigio y ensom– breciendo la envidiable gloria de los superhombres que a nuestras costas vinieron en pos de redondear y asegurar la libertad y autono– mía del Nuevo Mundo.
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