Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

20 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Aníbal de los Andes? Si se llegara a realizar una nueva invasión, como la de Osario, ¿quién se encargaría, con iguales dotes y pres– tigios, de rechazar a los irruptores? Si, por el hecho mismo de vislumbrar aquellas luctuosas posibilidades, era cada vez más ur– gente buscar al enemigo en el centro mismo de su poder y de sus recursos, ¿quién, como el héroe renunciante, alcanzaría acaudillar, con idéntica~ promesas de victoria, la cruzada magna que todos anhelaban y ya entusiastas preveían? Ahora bien, contemplando las circunstancias excepcionales de los dos pueblos cuyo lazo de unión era el prócer, esa necesidad, de proyecciones continentales, acentuábase en forma desesperan– te, por la concurrencia de ciertas consideraciones, secundarias, pe– ro no por eso menos atendibles. Las PP. UU. del Río de la Plata, constituidas sobre las bases federalistas, en funesta hora importadas e imitadas de los EE. UU. de N.A. debatíanse desangradas por la anarquía, apenas conteni– da por el férreo puño del director Pueyrredón, modelo de gobeP nantes, ora "por la eminencia de sus talentos~ ora por el juicio grave con que estudiaba y consideraba las necesidades y los inte– reses del país, ora por la energía con que mantenía el orden públi– co" ( 1); dotes que, a pesar de todo no lograron extirpar las con– mociones de Entrerríos y Corrientes, las incursiones y los insolen– tes avances de Artigas, y las cuestiones que con el Brasil suscita– ba a diario la conducta de ese enemigo eterno de la nacionalidad argentina. Colocado el ejército de los Andes en manos que no fue– sen las del abnegado, prudente y patriota general que lo había con– ducido a la gloria, ¿no dejaría de ser lo que era -una promesa de tranquilidad y de orden- para convertirse en elemer.to de dis– cordia y de trastorno, y en nuevo combustible de la anárquica ho– guera, jamás apagada, y antes bien cada vez más encendida? Por lo que hace a Chile, no hay sino oír lo que a este propó– sito estampa un autor de ese Estado: "El Ejército de los Andes obraba:, por su influencia en la paz interna, como auxiliar del go– bierno de O'Higgins, y como el único elemento para realizar los fi– nes a que ese gobierno y el país vivían consagrados desde 1817. Separado aquel ejército de Buenos Aires por grandísima distan– cia, y operando en un territorio, que ocupaba a título de vencedor y de auxiliar¿ requería condiciones especiales en el hombre que lo mandaba; y, por eso, debiendo ser motivo de graves preocupacio– nes para el gobierno argentino, no lo era en realidad, por estar (1) v. F. López, op. cit., pág. 173, vol. II.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx