Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

544 qERMAN LEGUIA Y MARTINEZ mejor éxito; pero, impuestos, como al fin estuviéronlo, de la sed acaparadora, ansia de figuración, deslealtad y falsía de estos foras– teros, no pudieron ni quisieron prestarse a estimular, con su peculio y sus servicios, esos negativos y disociadores sentimientos, cuya concreción se halla en esta frase, tristemente reveladora: "Los que trabajamos en la empresa, no tenemos más arbitrios que nuestros brazos" ... ¡Miseria humana cuánto no ciegas, bastardeas y deprimes a los hombres más discretos!.

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