Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

548 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ de Matucana hasta Ayacucho- región en que resplandecieran el heroismo y el sacrificio de Cangalla, así como el tenaz empuje patriótico de los incomparables morochucos. Bastó que, por aque– llas rígidas o risueñas zonas, atravesara, como una instantánea fulguración de enseñanza, propaganda y ejemplo, la división de Are– nales, para que, en un instante, la masa india despertase de su sue– ño secular y se precipitase a la conquista de sus olvidados dere– chos. Y conste que fue "un indio" el primero que, en pos de la ex– pedición mencionada, inició aquel movimiento regenerador del prestigio de la raza autóctona; movimiento después propagado a todas las tribus derramadas én las provincias del interior. Ese indio fue José María Palomo, el presunto glorioso héroe del puente de Llapay, acción de que en su lugar hablaremos; e in– dividuo que, poseído del más ardoroso ímpetu por la redención de su suelo natal, presentóse en las proximidades de lea al gene~ ral Arenales ya citado; y prestó, a sus órdenes y a las del coronel Alvarado, tántos, tan peligrosos y tan importantes servicios, que de regreso aquella división penetradora al cuartel general de Huau– ra, fue allí el ínclito Palomo inmediatamente ascendido a teniente coronel del ejército por San Martín. Pero volvamos a Pisco. VI Racional era que, en consecuencia de los sentimientos genera– les esbozados en los partes precedentes, fuesen muchos los perua– nos, de todas condiciones y clases, que, una vez desembarcada en Paracas la cruzada libertadora, apresuráranse a dejar la capital para enrolarse en las filas de aquélla. El primero de los voluntarios que, a la nueva del sonado su– ceso, constituyóse en el cuartel general independiente (4), fue un cuasi niño, un imberbe de quince años, el futuro coronel, erudito (4) Hecho notorio en Lima y ratificado en el informe que el general Miller, a solicitud del interesado, expidió, catorce años después en Lima, el 3 de julio de 1834, documento que, al terminar decía así: "Me es satisfactorio añadir que el teniente coronel Odriozola es el primer Peruano que, al desem– barcar el Ejér cito Libertador en las playas de Pisco en 1820, se unió a sus filas, desde cuya época no ha dado sino pruebas de su acendrado patriotismo, actividad, celo y amor a las leyes; por todo lo que lo creo acreedor en sumo grado a la más favorable consideración del supremo gobierno".-V. Album de Ayacucho, pág . 273 .

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