Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

556 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Martínez; cuerpos, uno y otro, totalmente compuestos de negros del Plata "desde su creación". Y, en fin, "el sobrante, de más de cuatrocientos, se destinó al batallón número 4 del ejército de Chi– le", cuyo comandante era el teniente coronel chileno, don José San– tiago Sánchez. El referido batallón chileno hallábase hasta esa fe– cha, constituido en su totalidad por "gente blanca y criolla"; gente blanca que, por disposición del general San Martín, "pasó a en– grosar" (24) el efectivo de los batallones números 2 y 5 de Chile, confiados, el primero, al sargento mayor don Santiago Aldunate (chileno); y el segundo, al coronel don Mariano Larrazábal (ar– gentino). El número 4 de Chile quedó, así -sin más excepción que la de los cabos y sargentos (que continuaron, todos, en sus correspondientes compañías)- quedó, decimos, formado "de ne– gros puros" -negros, todos, peruanos- desde el momento en que "se vió con un número suficiente de negros, en regular estado de disciplina, por la incesante escuela, de mañana y de tarde, que era de práctica" en el campamento de Pisco. XIII Conste esta circunstancia (y recuérdela el lector) para después. -Ya veremos, en su lugar, cómo, en las expediciones llevadas a Cajatambo y Ruarás bajo las órdenes del general peruano Orúe y Mirones y del coronel chileno don Enrique Campino, respectiva– mente, el número 6 de Chile, que había venido de Valparaíso al Perú también en cuadro, esto es, con cuatro sargentos primeros, un sar– gento segundo, un cabo primero y siete soldados Ctotal trece indi– viduos) recibió su dotación completa de ochocientos hombres en Supe; y el número 5 ascendió, de doscientas cincuenta plazas, únicas, que tenía, al mismo número de ochocientos hombres, reunidos en Ruarás; cómo en los sucesivos campamentos de Supe, Huaura y Retes, el Ejército Unido Libertador vio enrarecerse en forma alar– mante sus escasas filas, por efecto de las enfermedades de la zona, a cuyo cálido clima no estaban todavía habituados los soldados irruptores; cómo el número aplastante de bajas sobrevenidas con tal motivo -bajas que se hace ascender a un tercio de ese ejér- (24) A Espejo, cuya dicción jntencionalmente copiamos, pert~necen las anteriores y posteriores frases puestas entre comillas. In loe. cit .

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