Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

568 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Dicho, y hecho. Tomó la péñola García, y formuló la siguiente comunicación, dirigida a Pezuela mismo, con toda prescindencia de sus representantes: "Excmo. Sr. - Los señores conde de Villar de Fuente, coronel de los ejércitos nacionales, don Dionisia Capaz, teniente de Navío, y el Dr. D. Hipólito Unánue, nos han hecho la honra de recibirnos en este punto, manifestando que han sido autorizados por V. E. para entenderse inmediatamente con nosotros.- Atendidas la no– toria reputación y las recomendables cualidades de sus señorías, podremos asegurar a V. E. que nos sería muy satisfactorio tratar con estos caballeros; pero, hallándonos con orden de nuestro ge– neral para procurar conferenciar directamente con V. E., en razón de la mayor facilidad que habría, de este modo, para allanar cual– quiera obstáculo, tenemos el honor de exponerlo a V. E., para que se sirva determinar lo más conducente al feliz resultado de este negocio. Los tres oficios y la carta particular que nuestro general tuvo a bien confiarnos, para ser entregados a V. E., y que son ad– juntos, instruirán a V. E., el espíritu que lo anima en esta comi– sión, ya que no nos ha sido permitida la satisfacción de expresar– lo personalmente y de tributar a V. E., nuestros respetos.- Dios, etc.- Miraflores, setiembre 24 de 1820.- Excmo. Sr.- Tomás Guido.- Juan García del Río.- Excmo. Sr. don Joaquín de la Pe– zuela, virrey del Perú" (17). (17) Hemos copiado antes, y seguiremos copiando, como hacérnoslo a continuación, algunas de las comunicaciones relacionadas con ésta de la dipu– tación independiente, para que se vea la estudiada cortesía puesta en las per– tinentes contestaciones, por el mismo general que, en 22 de noviembre de 1813, después del sonado triunfo de Ayohuma, se permitiera decir a Belgrano (al proponer éste, desde Potosí, la celebración de un armisticio) que "armisti– cios y tratados sólo eran admisibles entre generales de potencias beligerantes; y extremar aquel desplante orgulloso y ciego, con la incultura de rotular luego el respectivo sobre con esta despectiva frase: ''Al que manda los hombres ar– mados de Buenos Aires" ... Esos hombres armados de Buenos Aires, en 1813, que no le arrancaban siquiera la denominación de soldados, habían, en 1820, hecho ya morder el polvo a los realistas, en San Lorenzo, Chacabuco, Maipú, etc.; y debieron ser, como fueron tratados al fin, con toda la consideración y el respeto que, por parte de sus enemigos, se merecían al poner planta en el Perú. He aquí los documentos referidos. 1.-''Excmo. Sr.-El oficio de V.E. de 15 del corriente me hace conocer que mis esperanzas han correspondido con las ideas de V.E.; pues, en virtud, de lo que tuve el honor de comunicarle con fecha de 11, he dispuesto vengan, en un buque parlamentario, diputados; y que, hasta ver el término de la negocia– ción que se va a entablar, no pasen las avanzadas del ejército de su mando, de Chincha.- Confieso no dudé un momento que los sentimientos de V. E. fuesen conformes con lo que el rey y la nación apetecen, que es la reconcilia-

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