Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

MANIFIESTOS Y PROCLAMAS 603 mando evacuase este territorio y se retirase a Chile, bajo la con– dición expresa de remitir a S. M. C., diputados con amplios pode– res para pedir lo que tuviese por conveniente. Esta nueva propues– ta convenció a mis diputados de que nada podían ya esperar de las aberturas del gobierno de Lima, y de que era llegado el momento de terminar las conferencias de Miraflores; o de hacer el último ensayo, para graduar las probabilidades de la guerra, o conocer la extensión de los obstáculos que se oponían a la paz. Con esta idea, propusieron a los comisionados del virrey, que desde luego las tro– pas de mi mando evacuarían el territorio de Pisco, para trasladar– se a la margen derecha del río Desaguadero, quedando también evacuado, por las tropas de S. M. C., el continente comprendido entre los límites demarcados a la presidencia de Chile en el año de 1810; que el Estado de Chile permanecería en su actual actitud po– lítica, y enviaría a Madrid comisionados plenamente autorizados para negociar con S. M. C., suspendiéndose, entretanto, las hosti– lidades por mar y tierra, hasta pasados tres meses de haberse no– tificado el éxito de la negociación, en el caso de que ésta no termi– nase las diferencills existentes entre la América y la España; y, por último, que ésta y las demás estipulaciones se garantizasen por el comandante más antiguo, que haya en estos mares, de las fuerzas navales de S. M. B., y de los BE. UU.". "Parecía natural obtener una plena aquiescencia, de parte de los diputados del virrey, a las únicas proposiciones que podían es– perar de la mía, considerada mi actitud militar, el estado de la opinión pública y la ineficacia de sus recursos para reprimirla. Pe– ro, empeñado aquel gobierno en sostener un plan, cuyas consecuen– cias no pueden ocultarse a la previsión, insistieron sus comisiona– dos en negar los puntos principales que contenían las propuestas hechas; tales son: la evacuación de las cuatro provincias de Potosí, Chuquisaca, Cochabamba y La Paz; y la interferencia del coman– dante más antiguo de las fuerzas de S. M. B. en estos mares, y del de las de los BE. UU., para que, a nombre de sus respectivos go– biernos, garantizaran el cumplimiento de las estipulaciones que se conviniesen. Es verdad que accedían a otros artículos generales, que en tales casos sirven para entrelazar las intenciones secretas con las miras ostensibles de un negociador; pero, en la época y cir– cunstancias a que hemos llegado, era ya un grande sacrificio ofre– cer la paz bajo las condiciones propuestas por mis diputados". "Entonces fue necesario que éstos regresasen a dar cuenta del estado de la negociación entablada; y luego que me impuse de él, resolví continuar las hostilidades, notificando antes su rompimien-

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