Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
612 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ tenecer a la tierra en que nacieron y ser gobernados por sus pro– pias leyes" ... Quien tal promesa había hecho estaba allí, al mando de un ejército respetable, "educado en la escuela del triunfo"; de una es– cuadra poderosa, "dirigida por un general cuya bravura contaba pocos ejemplos en la historia de la guerra"; con un parque abun– dante en elementos, "no sólo para la campaña emprendida, sino para otra más prolongada y difícil" (8). El genio de aquel profeta de ventura, era magno; su prestigio, inmenso; su historia, si corta, brillante y gloriosa: ¿quién podría dudar del éxito? Con mucha razón palpitó aquel día, de orgullo, de satisfacción y de esperanza, el corazón de los patriotas del Perú, que agolpában– se a presenciar el espectáculo ofrendado a su civismo por el excelso prócer, en ia mañana del 29 de octubre. X En tal disposición, a plena vista de la capital peruana y de su puerto, permaneció, todo aquel día, la armada lfüertadora. ¿Con qué objeto? Se ha dicho y repetido (por muchos de los protagonistas de estos hechos) que, de acuerdo San Martín con los conspiradores independientes de la capital peruana, debieron en aquella fecha, hacer estallar, en el Numancia por un lado, y en los castillos del Callao por otro, doble, simultánea, terrible conjuración, que para la defección del primero y la entrega de los segundos, tenían los limeños separatistas acordada a su vez con Heres y con Cortines; y han agregado todos esos personajes, que, si San Martín hizo en el puerto capitalino la aparatosa parada que aquí reseñamos, ello fue, a la espera, para estímulo y aliento de los acaecimientos re– feridos. García del Río, por ejemplo, en carta al director O'Higgins, cuenta a este funcionario que "el 29 (de octubre) había fondeado toda la expedición a una legua del Callao, aguardando que se efec– tuase su plan que se había combinado; plan, añade, que, frustrado entonces, podía, con todo, realizarse pronto bajo otras formas no menos ventajosas" (9). (8) Manifiesto citado. (9) Apud Bulnes, op. cit., t. 1, pág . 475 .
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