Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
88 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ por el exclusivo efecto de la victoria misma, sino por el instinto y la propaganda eficaz llevada a cabo en esa como en otras zonas, diéron– se inmediatamente a prestar cooperación utilísima en el instante de lq, deshecha realista, secundando a los patriotas en la persecución y captura de los que huían del campo de batalla. Ellos vieron a O' Reilly retirarse, de los últimos, acompañado de solo tres lanceros, y tomar, como Santa Cruz, la ruta de la costa (aunque por diferente vía), a diferencia de sus subalternos, que escogieron, entontecidos, "el rumbo para la frontera y montaña de los chunchos" (7). Así, al caer de la noche del mismo 6, esos indios llevaron a Arenales datos exactos y seguros acerca del camino en que el brigadier realista rea– lizaba su fuga; sabido lo cual, el general patriota mandó que el te– niente Suárez, ya acreditadísimo ante sus ojos por su acierto y pas– mosa actividad, saliese en alcance del fugitivo en la madrugada del 7, "con un piquete de granaderos montados en mulas, y llevando de baquianos a varios entusiastas alcaldes indios, que voluntaria– mente se ofrecieron" a prestar aquel nuevo e interesante servicio (8). Confirmadas en el tránsito las noticias referentes al escape del noble brigadier, tropezóse al fin con éste en la nacienda de Lauri– cocha, de la parroquia de Caina, sobre la ruta de Cajatambo (8 de diciembre), a unas veinte leguas, más que menos, del Cerro de Pas– eo; y el 10 fué presentado y puesto a disposición de su contendor. Este remitiólo inmediatamente e hízolo entregar a San Martín en el cuartel de Huaura, al cual llegó el 22 de diciembre. IX Manifestamos, no hace mucho, que el general en jefe patriota acordó, meses más tarde, enviar a los realistas capturados en el Ce– rro y confinarlos en el depósito general de prisioneros de Huarmey; sólo que, haciendo una distinción señalada en pro de O'Reilly - a quien, desde el primer instante, acogió con todo afecto y benignidad - dióle por cárcel el pueblo de Barranca, a dos leguas de Sayán y ocho de Huaura; pueblo en que el malaventurado irlandés tuvo por (7) Esto es, los unos a Oxapampa; los otros, a la faja norte de San Luis de Shuaro; y todos, hacia la región del Cerro de la Sal; dirección peligro– sísimü, opuesta a la designada por el más rudimentario instinto de una verda– dera ~;alvación; y en la que, de seguir adelante, podían sucumbir en manos de lm· salvajes del oriente; y aún, caso de retrogradar, "lo conseguirían muy dificultosamente, estando, como estaban, los naturales patriotas de todas las cercauías electrizados y ansiosos de acabar" con los españoles.-Parte de AremJes del 7. (~) Roca, op. cit., pág. 504.
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