Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
VUELTA A LA COSTA Y REINCORPORACION EN EL CUARTEL GENERAL 95 IV Ya, desde el 13 de diciembre, al saber el triunfo del Cerro (co– nocido el 11), San Martín había expedido, en honor de la división vencedora, el decr to que sigue: "La división libertadora de la sie– rra ha llenado el voto de los pueblos que la esperaban. Los peli– gros y las dificultades han conspirado contra ella a porfía, pero no han hecho más que exaltar el mérito del que la ha dirigido y la constancia de los que han obedecido sus órdenes. Para premiar a uno y a otros, he dispuesto: 1<:> Luego que las circunstancias lo permitan, se abrirá una medalla que en el anverso represente las armas d 1 Perú provisionalmente adoptadas, y en el reverso esta inscripción: A los vencedores de Paseo.- 2<? El general de la división la traerá de oro, y lo mismo los demás jefes de ella: los oficiales la usarán de plata.- 3<:>. Los sargentos, cabos y soldados traerán un escudo bordado sobre el pecho, con las mismas armas y una ins– cripción que diga al exergo: Yo soy de los vencedores de Pasco.- 4<?. Mientras se abren las medallas y se hacen los escudos, todos po– drán usar la cinta bicolor, encarnada y blanca, en el lugar propio de la medalla, como un distintivo que recuerde la jornada del 6 de diciembre de 1820.~ Comuníquese a la división de la sierra.- San Martín.- Bernardo Monteagudo, secretario de guerra". V El Bol tín d 1 Ejército del 24, a despecho de su sequedad y m sura habituales, no vaciló en decir que "la presencia de la divi- ión Arenale había traído a la memoria de todos las fatigas, los riesgos y la gloria de que tal división se había cubierto"; que "el Ejército la había saludado triunfante"; y que "el pecho del último soldado había palpitado de envidia, por no haber adquirido ya igua– les derechos" qu sus camaradas vencedores, más afortunados que llos. Por u part , San Martín dirigió al ministro de la guerra de Chile, coronel don Jo é Ignacio Centeno, nota especial dando cuenta de la victoria: "Los sucesos d e ta campaña, dijo, han sido extraor– dinariamente felices; pero ninguno tan brillante, ni más trascenden– tal a mis ult rior operaciones, que la completa derrota del briga– dier O'Reilly en el C rro de Paseo, por los esfuerzos y el valor del benemérito coronel mayor don Juan Antonio Alvarez de Arenales, con lo demás jefe , oficiales y tropa que forman la división de sú mando; de cu o detalles e instruirá US. por las copias que acom-
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