Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

102 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ gidas, que aquel prócer comandaba y que siempre se ostentaron resueltamente al sacrificio; - sino la estrategia tímida, el ánimo irre– soluto y el criterio cambiante, somnolente, contemporizador, de que en el Perú <lió tantas y tan lamentables muestras el futuro Protector (13). (13) Según documentos inéditos, existentes en los archivos chilenos, y que Bulnes ha dado última y parcialmente a luz, la doble suspensión de la campaña de Arenales (de que se habla en el texto) fue obra de San Martín. Uno de esos documentos es el diario, desgraciadamente desconocido, porque aún no se ha publicado, que, como algunos de sus gloriosos ccinmilitones, escribió el general J.E.M. don Juan Gregario de Las Heras, quien, con fecha 18 de diciembre, a la letra dice: ''Esta noche se recibieron comunicaciones del señor coronel mayor Arenales, fecha del 11, desde su ·campamento de Sacra– mento: avisa (en ellas) poder auxiliar al Ejército con algún dinero (el cogido de las cajas reales de Paseo) y ponerse en marcha a situarse en Canta, como se le ha ordenado por el señor general" (San Martín) .- Tan terminante e insospechable deposición no hace más que confirmar perentoriamente las en– fáticas aseveraciones que José Arenales, hijo y ayudante del héroe, hace en la Memoria histórica compuesta con los papeles y recuerdos de éste último; y las que el propio general Arenales hace, indignado, en la carta autógarfa que, en 14 de abril de 1830, dirigió a ese hijo, desde su retiro de Salta, reba.. tiendo las deshonrosas palabras que Miller, a su vez, había estampado, sobre el asunto, en sus Memorias.- "No es menos notable -escribe el general mis– mo, en la referida carta- el modo de expresarse el memorista (Miller), ha_ blando de las campañas de la sierra del Bajo Perú, atribuyendo las retiradas a falta de energía, de resolución, o por cobardía, sin reparar en el agravio que se infiere al honor de quien lo adquirió a costa de verdaderos sacrificios y grandes peligros; cuanto aquellas retiradas a que se refiere, y cuantas ope.. raciones se ejecutaron, eran escrupulosamente ceñidas y sujetas a instruc. ciones terminantes, órdenes superiores (que se conservan), planes y combi. naciones, que no estuvieron ni debieron estar en el conocimiento del autor de las Memorias (Miller) entonces". Memoria histórica, cit., pág. 170. Por su parte, el hijo, en nota puesta al§ anterior de la carta del padre, expone: ''Que– da explicado, en esta Memoria, el motivo de la retirada del general Arenales en su segunda campaña (nuestros lectores verán cuál fué ese motivo, a su tiempo, en la presente obra). Contrayéndose a la (retirada) de la primera dice el general Miller (tomo I, pág. 261): ''Con esta brillante y decisiva ac. ción (del Cerro) terminó la expedición de Arenales; pues, aunque había sido coronada con ventajas que no podían esperarse, habiendo hecho ya tanto, era natural al creer que mantendría el terreno que había conquistado; pero ocu. rrió, desgraciadamente, que el coronel Alvarado, que mandaba las fuerzas avanzadas de San Martín en Palpa, cerca de Chancay, fué engañado por falsas noticias, y escribió a Arenales en términos que le indujeron a repasar los Andes. "Conviene observar aquí (continúa José Arenales, contradiciendo esta afirmación de Miller) que .esta retirada (es decir, la primera) no fue eje_ cutada, sino en virtud de terminantes y expresas órdenes superiores, y ha. hiendo el general Arenales representado, antes de verificarla, su contraria opinión". Id. id. págs. 170 y 171, nota.

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