Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

CAPTURA DE LA " ESMERALDA" Es en la noche del 4 de noviembre. Horas antes, en la tarde, ha invitado a sus oficiales y marineros a manifestar si quieren o no acompañarle; porque es él, en perso– na, quien va a dirigir y consumar la captura. No les da una orden: les hace tan sólo una pregunta. Quiere que la cooperación que ne– cesita sea libre, libre absolutamente; y el triunfo, un resultado, no de la obediencia inveterada o de la disciplina forzosa, sino del buen deseo y de la voluntad. Las guarniciones y marinerías, en masa, de la "O'Higgins", el "Laufaro" y la "Independencia", ofréndanse al sacrificio, incontinen– ti y a una voz. Todo el mundo da un paso adelante. Y, primero que nadie, los capitanes Guise, Forster y Crosbie (9). Brilla orgu– lloso y satisfecho, el rostro del héroe, y aún manifiesta, en breves frases, aquella satisfacción; pero, como no es posible, dice que la totalidad de abnegados y entusiastas oferentes vaya en el reducido número de embarcaciones menores disponibles para el caso, clava la vista en las filas, y escoge, con su mirada de lince, a ciento se– senta marineros y ochenta soldados, de entre aquellos que parécen– le mejores, más fuertes, más vivos y resueltos. Y se retira, y aguar– da la caída de las sombras. IV A las diez del la noche en punto, en dos hileras de a siete botes cada una y, en consecuencia, con un total de catorce, Cochrane y los suyos despréndense de los costados de la almiranta; y, perdién– dose a lo lejos en la oscuridad, recorren cuidadosamente aquella porción de la bahía, exterior a la barra defensiva de maderos, ca– denas, vallas y pontones armados; examinan la abertura estrecha, pero efectiva, franqueada por esa solución de continuidad insos– pechada, a que antes se aludió, existente en el cerrado circuito o curvatura de la percha; y proceden, en todo, como si se tratase de un ataque actual, serio y definitivo. Cochrane, por supuesto, va adelante. Complacido del éxito, por la decisión, la pericia y el porte ostentados por su gente, toma al punto de partida. Los subalternos, asombrados, no se explican lo que pasa. El lord adivina aquel sentimiento, natural en quienes (9) Parte cit. de Cochrane, del 14. En ese documento, lamenta Cochrane no haber podido acceder a los deseos del capitán de la ''Independencia", Robert Forster por "la necesidad en que se vió de dejar al menos un capL tán encargado de los otros buques, comisión con la cual quedó'' el referido Forster.

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