Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

8 GERMAN LEGUIA y MARTINEZ Cuidóse particularmente del rancho para que, en lo posible, fuese de primera calidad (16). VII Hecha requisa de bestias, cuya mayoría. fue entregada vo– h.mtariamente por el vecindario, comenzóse hacia la hora del mediodía por reconocer los alrededores, sin encontrar nada de no– table, a no ser algunos nuevos desertores de las milicias, que, poco a poco, fueron presentándose en el pueblo con sus armas (17). Sabedor Arenales de "la dirección que tomaban los enemi– gos", así como del éxodo de las familias españolas, "que huían para Lima llevando un gran cargamento de equipajesh dinero, armamento y pertrechos de guerra de toda clase", hizo que, a la caída de la tarde, saliese el teniente coronel Rufino Guido con un escuadrón del regimiento de cazadores de a caballo (18) encar– gado de picar la retaguardia de Químper, y de practicar un reco– nocimiento mucho más detenido y extenso, sobre la senda segui– da por los contrarios. Regresó aquel jefe, esa misma noche, después de una jorna– da de seis leguas "sin descubrir rastro ni noticia" de lo que bus– caba; pero, tras breve descanso, tornó a salir, esta vez con direc– ción a Palpa, "camino que, según las últimas noticias, llevaban'' lazar, caballero de la orden de Monteza; gran cruz de la de Isabel la Católica; brigadier de los reales ejércitos; yerno de los marqueses de San Lorenzo de Valleumbroso, por su enlace con la linajuda dama limeña doña Petronila de Zavala y Bravo del Rivero; y realista desatado, que, descontento, por supues– to, del nuevo orden de cosas, emigró a la Península en 1822, y allá falleció sn 1839, sin haber jamás pensado volver a su suelo natal.- El marqués de Montemar, como se ha visto, comandaba las milicias de lea. (16) Roca, id. id., pág. 259. (17) "Después de reconocer esta circunstancia, trato de reunir algunas cabalgaduras, para que salga esta tarde el cuerpo de cazadores a caballo, o la parte de él que se pueda montar bien, a seguir en alguna distancia por el rum– bo que tomaron los enemigos, a fin de averiguar lo conveniente, proteger la deserción, y evitar en algún modo la saca de recursos".- Of. de 6 de octu– bre.- "Se van presentando algunos milicianos, y espero que vayan cayendo los demás con sus armas, sobre que tengo tomadas las providencias conducen– tes para su reunión" .-Of. del 8 de octubre. (18) Necochea había caído enfermo, según se ve por estas palabras de Arenales: "He dispuesto que el señor coronel Necochea se retire con su cuer– po para ese cuartel general, según V. E. lo previene; y, si acaso no sale tan inmediatamente, será por hallarse algo enfermo, de una punzada en un costa. do, que, según los síntomas, creemos no será de consideración el accidente".– Oficio del 8, cit.

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