Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

RtiIRADA DB ANDRES REYES 183 VI El "entendido y arrojado" Brandsen (5) se retira, gallarda, par– simoniosamente, a vista y paciencia de sus contendores, primero al paso, luego al trote, y al galope fuera ya de tiro, hasta divisar a la infantería de Reyes, ya suficientemente apartada del campo de la acción. Sus pérdidas, si no son insignificantes en relación con el esca– so número a que alcanza su bizarra hueste, no son muchas, por supuesto, comparadas con la baja enorme que ha experimentado el enemigo. Al reincorporarse en su columna, frae dos desertores caraqueños del Numancia. Con treinta y seis individuos de tropa ha desbaratado a doscientos de la caballería veterana, de la orgu– llosa, de la invencible caballería española. Valdés, ocupado en reorganizar la división de su mando, a la cual enrostra agriamente su cobardía, no se atreve a picar de cerca la retirada de Brandsen. Ordenado y tranquilo ya, apenas si le observa desde lejos por espacio de tres leguas, hasta llegar al cerro de la Zorra. Nada más. Desde ese punto retrocede a Chancay, en el cual pueblo y en la hacienda de Chancaillo, se estaciona con los trescientos hombres del Numancia, con los cien Dragones del Perú y con los ciento de la Unión, que, como se sabe, son las únicas fuerzas de que se compone la división vencida. El Virrey envíale inmediatamente 350 plazas; el batallón Arequipa del coronel Ra– món Rodil; el segundo escuadrón del regimiento de infantería In– fante don Carlos; y dos piezas de artillería; tropas, todas, que en lo sucesivo constituyen la división realista "de vanguardia". Reyes, gloriosamente salvado de inminente ruina, llega en la misma noche del 9 al pueblo de Supe, horas antes de que el convoy de guerra independiente arribe a Huacho; y en la mañana del 10 eleva a San Martín el parte del triunfo de Chancay (6). VII Pudo ese triunfo exaltar el ánimo y desamodorrar la pasividad, evidentemente estudiada y sistemática de San Martín, como exalt-~ (5) Palabras de García Camba, t. I, pág. 351 . (6) Triunfo confesado por los historiadores y mnemógrafos realistas. Así, García Camba, en sus Memorias, dice: "Cargados los de la Unión, y acu.. chillados algunos de sus individuos, se puso el resto en fuga a toda brida .. . El enemigo había logrado su intento de poner a salvo su infantería": Memo. rías, t. I , pág. 351 .

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