Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
ALVARADO EN SAYAN 195 Dicho sea en honor de nuestros compatriotas, para desmenti– do y descrédito de aquéllos de nuestros émulos (y son muchos) que enrostran a los peruanos el "no haber hecho nada" o "haber he– cho muy poco" por su redención; el haberse manifestado confor– mes, y aun poco menos que gustosos o contentos con el despotis– mo; y haber, en fin, sido necesario que huestes extranjeras vinie– sen generosamente de remotos climas, a cumplir el abnegado de– ber de rescatarlos de la servidumbre. Todo ello, a pesar de que, por aquel indomeñable influjo y supremo poder de la verdad, que transpira por entre las sombras de la antipatía y la venda negra del odio; o por ciega irreflexión, que saca a luz, así sea indirecta y secundar~amente, el hecho mismo que pretende y procura ocul– tar - no faltan elocuentes datos, en las propias obras de nuestros malquerientes y enemigos que prueben terminante, victoriosamen– te, la tesis contraria. Tal ocurre con el historiador chileno Bulnes -ese que siempre calla, adrede, los esfuerzos de los patriotas del Perú, o lós atribuye a San Martín, para concluir exagerando exclu– sivamente la obra y la gloria de Chile;- escritor a quien se le es– capa asentar, como al desgaire, que "se hizo salir hacia Huaura al coronel don Enrique Campino, con el batallón número 5 y los fusiles necesarios para completar 800 hombres, y al batallón Ca– zadores del Ejército, que no existía sinó en cuadro, a Supe, con el mismo objeto"; y acaba por establecer que "ambos cuerpos vol– vieron al cuartel general con su dotación completa" (18). VII Dijimos que Alvarado, ante el después inter rumpido y fracasa– do avance de Valdés, había retrogradado de Sayán hacia la costa, por orden expresa del general en jefe, y llegado al pueblo de Supe el 24 de noviembre ( 19). El 25, muy temprano, acompañados de San Martín en perso– na,. Alvarado y su caballería se adelantaron de Supe a Huacho (20), y en este último punto recibieron mandato de practicar una serie continua de avances y reconocimientos sobre el enemigo, si bien con la terminante prescripción de no comprometer acción alguna, porque - dijo San Martín- esas maniobras estaban exclusiva- (18) Op . cit. , t. II, págs . 16 y 17.- Ya antes había apuntado que "Cam– pino marchó a Ruarás con 250 hombres, a difundir la revolución y comptetar su batallón con: naturales de ese valle": id. id. id, págs. 14 y 15 . (19) Miller, Memorias, t. 1, pág. 254. (20) Id. id. id.
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