Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
ARENALES EN ICA 11 niente coronel don Manuel Rojas, jefe, como ya sabemos, del E.M.G. divisionario. El 12 de octubre, a la caída del sol, Rojas y su gente atrave– saban el río de lea, escaso de caudal, y se perdían con rumbo sur en el despoblado de Huayurí. ¿Qué era entre tanto de Químper? X El alebronado coronel había, en su fuga, tocado sucesiva– mente en Palpa y Changuillo, y al fin detenídose en Nasca, a des– cansar del presuroso viaje, para luego, atravesando las inclemen– tes y arenosas pampas de Tunga, entrar en Acarí y tomar la sen– da de Arequipa. Picada su retaguardia, del 6 al 7, por la caballe– ría de Guido y no obstante de tener a sus órdenes muy cerca de ochocientas plazas, todas bien montadas (inclusas las milicias del conde de Montemar), no pensó siquiera en volver caras y batir a los ciento veinte hombres máximum, que consigo llevaba el comandante argentino. Apuró, al contrario, el paso, aunque favorecido ya por el · regreso de sus perseguidores a lea. Iba aquel incorregible corredor, que así alejábase cada vez más de su centro y base de operaciones -cual era la fuerza del brigadier O'Reilly, estacionada en Cañete- arreando multitud de cargas de armas, municiones y pertrechos; y, con ellas, las riquezas y los equipajes de las farmlias españolas asimismo emi– gradas el 6, ansiosas de refugiarse y no parar sino en la ciudad del Misti. Estorbado por aquella turba de gente desarmada y te– merosa, y por la enorme balumba de tanto militar y privada im– pedimenta; y, por otra parte, seguro de que, v'uelto Guido a la población de procedencia, ya no le molestaríain los patriotas, a través de arenales tan inmensos como fatigosos; ocupóse, prime– ro, en despachar hacia Acarí a las familias que le acompañaban, juntamente con cien cargas de las que les pertenecían, con su tropa y caballada, . en la citada población de Nasca,. ubicada allende las enunciadas pampas de Huayurí. Era ya el 15 de Octu– bre, y habían, en consecuencia, transcurrido nueve días largos de la evacuación de lea por sus fuerzas y todavía estaba Químper en el pueblo referido. XI Rojas, entre tanto, puestos sus infantes a la grupa de la ca– ballería, para librarlos de la apretada red de los pesados méda-
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