Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

218 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ denci"á enterrada al pie de dicha asta, y que deben bajar. a tierra a tomarla. Significa también que se pide bote para escapar_. 2<:. Si se encuentra la asta caída, quiere decirse al emisario o espía que puso allí la correspondencia, que ya ésta se sacó para llevarla a bor– do.- 3<:. Si el emisario o espía encuentra la bandera enrollada, quiere esto decir que no hay contestación, ni se puede dar, ni se ha podido entregar la correspondencia al jefe; y que aguarde.- 4<:. Si la bandera es azul, avisa, al emisario o espía, que pasa correo o cruzan cargas inmediatas sin custodia. Si la enrollan los que bajan de a bordo, quiere decir que por la noche bajarán; y final· mente, si la bandera es colorada, con ella se quiere decir que hay tropas inmediatas, y que está malo aquello.- Un sello.- Lima, 31 de enero de 1820". Oficio pertinente: "La antecedente instrucción que los enemi– gos han dado a sus emisarios, ocultos entre nosotros, para recibir y dar noticias a sus buques que andan por nuestra costa, debe servirnos hoy de gobierno para aprehender a los que bajen a tie· rra, y a los mismos espías ocultos encargados de hacer las seña– les. A este fin convendrá que, en los puntos más a propósito de la costa intermedia del norte que Vd. manda, se establezcan obser– vadores vigilantes y de confianza, conocedores del terreno, que es– tén en acechanza para que, cuando se vea algún buque por su fren· te, se oculten, dejen poner al espía su bandera y correspondencia, y lo aseguren después; vayan y la saquen, para entregársela a Ud.; y se valgan de las propias señales de los enemigos, para que con confianza bajen a tierra y puedan ser aprehendidos.- Este aviso debe Ud. tenerlo muy reservado, y comunicarlo, con igual calidad a los observadores nombrados que sean capaces de guardar se– creto.- Dios, etc. Lima, 31 de enero de 1820.- Joaquín de la Pe· zuela.- Al comandante del puerto de Ancón" (1). Las señales en cuestión fueron conocidas por los españoles, en la correspondencia ante ellos denunciada, y por sus agentes sor– prendida en casa del canónigo Requena, que por tal r.azón fué per– seguido, y hubo de ocultarse y salir de Lima, camino de Supe, pa– ra refugiarse, con toda felicidad, en la armada libertadora. 11 Aproximándose la fecha de la salida de la Expedición argen– tino-chilena, vimos que el general en jefe de la misma, y su se- (1) Album de Ayacucho, págs. 265 y 266, nota.

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