Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
INFORMACION Y PROPAGANDA 225 yo pagaré superabundantemente a los conductores" (20). Y, segura– ramente esos correligionarios hicieron lo que se les indicaba y lo si– guieron haciendo siempre a gusto del presunto redentor, cuando és– te, recompensándolos y estimulándolos con sus alabanzas y pro– mesas les decía - "Veo que Uds. llenan dignamente todos sus de– beres para con la justa causa de la Patria, y se hacen cada día más dignos de nuestra gratitud".- "Yo trabajo sin cesar por la liber– tad del Perú; pero necesito el auxilio de Uds. para acelerar la vic– toria y economizar sangre ... Si Uds. me ayudan, dividiendo la aten cíón de Pezuela, la campaña probablemente terminará con felici– dad dentro de dos meses". Al concluir, encargábales "colectar el dinero que se pudiera entre los amantes de América, para seducir tropas, proporcionar trasportes y costear correos" (21). VI Dijimos, poco ha, que el joven guayaquileño don Martín Guar– niz a quien Miguel Otero califica de "vivo patriota y valiente" (22), fué el primer comisionado de los separatistas limeños que logró llegar al cuartel general libertador de Pisco (18 de setiembre); pero agregaremos ahora que no fué precisamente el primero de quienes salieron de Lima con aquel destino. Cuéntanos Mariátegui que ese primer correo patriota fué un cadete del batallón Numancia (so– brino del capitán de dicho cuerpo don León Febres Cordero); ca– dete apellidado Castillo, y que fué encargado de explicar verdade– ramente a San Martín la decisión patriótica en que el batallón re– ferido se encontraba, el mismo que, como explicaremos en su lu– gar, acantonado a la sazón en Surco, hallábase decidido a la defec– ción, y tenía resuelto embarcarse en la escuadra de Cochrane, si éste facilitaba la operación, presentándose oportunamente con al– gunos de sus buques en la rada de Chorrillos. Provisto nada más que de una carta credencial, en que habíanse estampado los sellos y contraseñas del famoso José Boqui (italiano venido por segunda vez a la capital del Perú, como agente secreto de San Martín), partió Castillo camino del sur, acompañado de un moreno esclavo perte– neciente a una de las haciendas del valle de Sóndor (Pisco) - con– tratado por su señor o quizá cedido generosamente por éste, para (20) Carta de San Martín, ya cit., del 17 de octubre de 1820, datada en Pisco. (21) Carta cit. del 17 de octubre de 1820 . (22) Carta, ya cit., inserta en la Revista de Buenos Aires, t . XXIII, pág . 379 a 421 . V . especialmente la pág. 405.
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