Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

228 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Villacorta, el nunca bien ponderado preceptor de primeras letras de la calle de la Rifa, cuyo papel, como famoso y elegante calí– grafo, era poner en limpio los borradores ya cifrados, de las co– municaciones; José Mizpireta, otro gran pendolista, imponderable imitador de la letra de los amanuenses españoles y de las firmas de las autoridades realistas; el secretario de Riva-Agüero, meri– tísimo ciudadano D. Remigio Silva; Pedro José Balabarca, Pedro Narváez, Juan Velis, el futuro heroico montonero Cayetano Qui– rós, el vecino notable don Agustín Menéndez Valdés, que empleaba en la operación a todos sus servidores y sirvientes, y los demás portadores, antes citados, de correspondencia; correspondencia que recibía, clasificaba y enviaba a su destino el enunciado Aguirre, por intermedio de todos los aludidos auxiliares, hasta que, descu– biertos o delatados algunos de ellos (32) hubieron de salir de Lima y refugiarse en el cuartel general de Supe, Huacho y Huaura, suce– sivamente. IX La prdpaganda encarecidamente recomendada por San Martín, llevábase a cabo, según aconsejábalo él mismo (en la carta de 17 de octubre), mediante el reparto misterioso de proclamas, perió– dicos, manifiestos y demás documentos o impresos procedentes del campamento libertador; la propagación de noticias, verdaderas o falsas, pero alentadoras para los independientes, y depresoras del ánimo, del prestigio y de los planes de los realistas; y la distribu– ción o el derrame, más misteriosos todavía, de pasquines en que exaltábanse los méritos, éxitos y triunfos de los libertadores, y se desvirtuaban, con comentarios atinados, promesas reconfortantes y reflexiones llenas de ingenio y de ironía, todas las medidas to– madas o ventajas obtenidas por el régimen colonial. Desesperaban– se los representantes de éste último, al ver cómo se penetraban, descubrían y echaban a vuelo, sin saber cómo ni por quién, los 437) da a conocer, por ejemplo, la de Raulet, aunque incompleta, pues en ella faltan los signos pertinentes a las letras f, h, k, x, y z. Las otras letras, en esa clave, se encuentran representadas del modo siguiente: a, o,· b, d; e, g; d, l; e, q; g, e; i, t; j, s; l, r; ll, rr; m, u; n, z; o, e; p, u; q, j,· r, h; s, f; t, b; u, k; v, y; e y, ñ. Posible es que no faltasen, sino que se escribiesen con su propio signo las letras f, h, k, x, y z; pero, naturalmente ello traería confusiones difíciles de resolver, ya que tales letras por otro lado, eran cifras representativas de la s, r, u, y n, respectivamente. Por lo demás, el asunto carece de toda utilidad e importancia para nuestro objeto. (32) Balabarca, Velis y Menéndez Valdés.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx