Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

232 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Pezuela; y fué entonces cuando se escogió, para las reuniones rá– pidas y urgentes, con la bondadosa complicidad y protección del "encapado" José Concha (39), la sala-tienda de la platería empla– zada a la entrada norte del callejón de Petateros; al mismo tiempo que, para las sesiones normales o comunes utilizábanse la casa huer– ta que al efecto alquilaron los conspiradores en la esquina oriental extrema de la calle de Maravillas, local apartado, solitario y seguro, paredaño con la portada de aquel nombre, y del cual, como de sus congéneres citados, hemos ya hecho memoria en otra vez (40); y la casa del denodado don Juan José Aguirre, a la que ya nos refe– rimos al tratar del recibo, despacho. clave, cifra y traducción de correspondencia. XII Y comenzóse a obrar, con éxito y audacia a veces inconcebible, de que felizmente los documentos o la tradición han conservado algunas muestras. Fué una de éstas el robo, practicado en el cuar– tel del regimiento de infantería de la Concordia, de ciento cuarenta fusiles mínimum, a principios de 1820, esto es, cuando apenas si empezaba a formalizarse la nueva de la venida de la cruzada liber– tadora (41), y esa venida, por las demoras tantas veces experimen– tadas, resultab~, cuando no problemática, ni tan cercana ni tan evi– dente. Ello es que, después de publicar bandos horrendos contra los misteriosos sustractores, poniendo a precio su cabeza, hasta pensó (39) Denominábase así, entonces, a los agentes de la policía preventiva o secreta, por la capa en que, de noche, ·solían esconder la cara, de ojos abajo, para recatarse de la curiosa mirada de las gentes . (40) V. 2~ Epoca, Parte I, Cap. VI, párrafos XXIII y XXIV de la presen– te obra. (41) Este suceso <lió margen, primero, a castigos severísimos, infligidos a la tropa americana, suponiéndola autora pr.imordial y, en todo caso, cómpli. ce sine qua non del atentado; y, en seguida, al desarme de esa tropa entera, y a la traslación de armas y parque, del cuartel en cuestión (llamado, hasta hoy, Colegio Real), al de Santa Catalina, en cuyos almacenes unas y otro con. serváronse depositados por algún tiempo. Recuérdese que el regimiento de la Concordia, fundado por el virrey Abascal, era de constitución mixta, esto es, formado, a la vez por españoles y por peruanos, principalmente lL meños. El robo de que aquí se habla fué anotado en el ''Diar.io de lo más no. table que se está haciendo en Lima", escrito, como su nombre lo expresa, día a día, por el eximio patriota peruano D. Remigio Silva; y firmado por él, en esta capital del Perú, el 27 de febrero de 1820. Tan interesante documento consérvase, inédito, en los archivos del ministerio de la Guerra de Chile; pero ha sido, en parte, dado a conocer por Bulnes, que apunta el robo de marras en su Historia cit. t. I, pág. 407.

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