Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

SEDUCCIONES Y DESERCIONES 235 ciada reacc10n cobró en el Perú caracteres alarmantes, sobre todo al conocerse la proximidad de la aparición de la cruzada libertado– ra. Y así es cómo el insigne patriota limense Remigio Silva, en el curioso Diario de que la otra vez se hizo mención, cuéntanos que, no sólo en la sede del virreinato, sino en todos los ámbitos del mismo, producíanse frecuentes defecciones que, por cierto, traían aplanado el ánimo de los representantes y defensores de la metrópoli. "Ha– biéndose relevado, dice, los cien hombres que había en Supe y Ca– rabaillo , con otros tantos del mismo regimiento o escuadrón, a su vuelta y en el camino se han desertado más de la mitad".- ''Ha venido, agrega, la noticia de que, trayendo doscientos ochenta sol– dados quintados, de Andahuailas para acá (custodiados por dieci– séis de lím;a, armados), cerca de Jauja se han desertado todos. Y aseguran que los dos oficiales bajo cuyas órdenes venían, manda– ron hacer fuego; que mataron como a dieciséis; y que sólo han llegado aquí catorce" ( 1). 11 La salida de Lima al campamento de Asnapuquio, no fue un correctivo total de aquel germen de disgregación, ya infiltrado en el ánimo de las tropas; porque las deserciones continuaron sin tre– gua, según se ha visto en el relato, antes hecho, de las operaciones primarias que los independientes realizaron al norte de Lima, donde a diario presentáronseles multitud de desertores; y como ha de comprobárnoslo, próximamente, la defección completa del batallón Numancia, de que in extenso se dará cuenta en la presente obra. Era que, en todos los cuerpos realistas, tenían los patriotas de Lima agentes secretos y abnegados, ocupados en la subterránea tarea de la seducción. Esos agentes, en el Cantabria, mandado por Cevallos Escalera, eran los capitanes después gloriosísimos, don Pedro de la Rosa y don Manuel Taramona, que, seducido por Mercedes de la Rosa, her– mana del primero (2), y amándose como hermanos, trabajaron juntos, ahincadamente, en el seno del referido cuerpo, secundados (1) Loe . cit.- Silva habla en enero y febrero de 1820, porque su Diario está fechado en 27 de estos últimos mes y año; y las nuevas que en tal docu_ mento se incluyen son tanto más verídicas y exactas, cuanto más consta que quienes las proporcionaban a Silva eran los patriotas Berindoaga, Morales Ugalde, Herreros, Señas y demás empleados en la secretaría y oficinas subal– ternas militares del gobierno vfrreinal, de quienes ya hemos hablado. (2) Se ha dicho, no sin fundamento, que Mercedes era prometida de Taramona.

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