Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

SEDUCCIONES Y Dl!.SERCIONES 237 reservada al ministro de la Guerra de España (S de noviembre de 1818) - no puedo contar con las tropas del país que tengo reuni– das, no tanto por muy recientes reclutas, como porque temo su deserción, a vista de la escandalosa, continua e inextinguible que se experimenta en todos los cuerpos de esta capital y de los que guarnecen la costa, la que es tan monstruosa, que, a la vuelta de poquísimos días, causa en ellos bajas enormes, que es preciso estar perpetuamente reponiendo con indecibles dificultades, fatigas y costos" ... Rara, en efecto, dice Mariátegui, era la noche - principalmen– te en esos años de 1820 y H321 - en que no faltasen a la lista de ordenanza, después de la retreta, "de treinta a sesenta desertores de todos los cuerpos de la guarnición de la capital" (5). ¿Qué se hacían, en dónde estaban, en qué antro se refundían esos soldados, decididos por la causa de su patria pero que los es– pañoles tildaban de "desleales" a la causa de su rey? Los jefes del cuerpo - añade el citado cronista - "hacían ex– quisitas diligencias para ·tomarlos; y buscábanlos, en aquellos lu– gares en donde los pobres soldados tenían relación"; pero, "oes– pués de grandes indagaciones, de escrupulosos registros, de ame– nazas y aun de tormentos a la gente pobre, a la que imputaban las ocultaciones de los soldados, nada podían lograr" (6). Ello es que - según se deduce de las crónicas de la época, de obras y opúsculos posteriores, y de la multitud oe artículos disper– sos en las publicaciones de años subsiguientes (7) , esos desertores (y los prisioneros patriotas fugitivos) eran recibidos y ocultados en casas tan respetables como las de las hermanas Guisla, Carmen Noriega, Gertrudis Coello (8), Dr. D. Julián Morales (9), D-. D. (5) Op. cit., pág. 15 . (6) Id. id. (7) Principalmente, las dadas a luz, por los principales autores y testi– gos de estos sucesos en el núm. de "El Correo Peruano" de Lima correspon.. diente al mes de julio de 1847; número arrancado por una mano maldita de la colección existente en la Biblioteca Nacional, pero felizmente extractado por Herrera y por Vicuña Mackenna, autores a quienes, por tal circunstancia, he– mos tenido y tenemos aún que citar repetidas veces. (8) Verbigracia, los oficiales numantinos presos y fugados de las forta_ lezas del Callao. Dícelo Mariátegui: "Los Torres fueron ocultados por las iSe– ñoras Guisla y muy considerados en su escondite: Geraldino lo fué por el Dr. Concha; Bustamante y Cuervo, por mí; y por Flores y un guayaquileño Coello, los oficiales sacados de casasmatas". Estos "salieron por tierra, con.. <luciéndolos Quirós, que tan famoso guerrillero fué después": Anotaciones, pág. 34. (9) "El Dr . Morales prestó su casa para ocultar desertores" .-Mariáte-

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