Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
242 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ ciales y jefes. . . El edificio realista se iba desmoronando por todas partes ... Era casi general el desaliento en todo el virreinato de Li– ma. En un solo día (que fué el 8 de diciembre de 1820) se habían fugado de la capital treinta y ocho oficiales y un cadete. En todos los cuerpos se había introducido esta desleal propensión, y ya los mismos jefes y oficiales no tenían confianza unos en otros. Creían los más irreparable el torrente impetuoso de lª insurrección. . . In– troducido el desaliento en el ejército real, y en igual proporción la creencia de que iban a triunfar las armas de San Martín, era consi– guiente, en unos y en otros, olvidarse de sus deberes, y dirigir to– das sus miradas a prestar servicios a los que eran ya considerados como nuevos dueños, para conservar sus empleos, y aun para ga– nar mayores grados y distinciones, que no eran escaseados por los rebeldes expedicionarios. . . Creyeron los peruanos que las teorías nuevas proclamadas por sus vecinos, habían de constituir su feli– cidad. De aquí el oír con agrado las seductoras proclamas; de aquí el enfriarse su espíritu guerrero a favor del rey; de aquí el pasarse muchos paisanos a engrosar el ejército invasor; y de aquí, finalmen– te, la inaudita defección de jefes, oficiales y aun cuerpos enteros, de esos mismos que se habían conservado constantemente fieles, sin que jamás hubieran manchado su buen nombre" ... (25). Cuerpos enteros, dice Torrente, y es la verdad. Tal ocurrió, co– mo veremos, con el brillante batallón "Numancia"; y tal debió ocu– rrir con el batallón Castro, de no oponerse a ello, como se opuso - ¡quien lo creyera! - el propio general San Martín ... (25) Op. cit. en el texto, págs. 47, 51, 59 y 58, passim.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx