Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

246 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ Casi todos estos oficiales eran, según se ha expue·sto, venezola– nos o granadinos (5), como éralo la totalidad de la tropa, sargentos y cabos inclusive; siendo de advertir que, entre los soldados rasos, existían muchos ex-oficiales patriotas, que, caídos prisioneros en acción de guerra, en algunas de las cruentas campañas realistas contra Bolívar; habían escapado del último suplicio (a la cesación de la lucha a muerte), pero habían enrolados en las filas vencedo– ras, en la condición de simples individuos de tropa, en castigo y pa– ra humillación de su civismo (6). Sobresalían, entre estos últimos, José Bustamante, Rafael Cuervo, Pedro y Remigio Torres, José Tejada, Manuel Zapata, José Montanches y Agustín Geraldino (7). IV Naturalmente, este personal no podía ser el mismo, como no lo fué hasta ei momento de la memorable defección del 3 de diciem– bre de 1820; ya que algunos cambios debieron tener y tuvieron efecto, en los diecisiete meses tr :lScurridos hasta esa fecha histó– rica, desde el día del ingreso del batallón en la capital del Perú (6 de julio de 1819). Ocurrió, realmente (en julio del siguiente año), que el capitán Jiménez, español, pasase trasladado a la ciudad de Quito, en donde había dejado a su recién formada familia; y que, en reemplazo su– yo, fuese nombrado, por el virrey, jefe de la compañía de granade– ros del Numancia, el teniente coronel graduado don Ramón Herre– ra, militar extraño a la antigua plana mayor del batallón. Oficiales que, a la partida de Jiménez, esperaron ser ascendidos, y que creyé– ronse pospuestos por ser americanos, disgustáronse grandemente ante aquella designación, por la cual, a modio de protesta viva, pro– cedieron a pedir su baja, y algo más, su absoluta separación del ser– vicio. Pezuela, que, por motivos que pasamos a exponer, descon– fiaba ya, con justa razón, de los oficiales protestantes, apresuróse (5) Excepto Miguel Delgado, Francisco Jiménez, y algunos subalternos que no es posible ni urgente precisar. (6) "En la clase de sargentos y soldados se encontraban varios patriotas prisioneros tomados por los españoles en batalla que ganaron al general Nariño''. Anotaciones de Mariátegui, pág. 25. ''Cuando el batallón Numancia llegó a Lima, eran tropas y oficiales enemigos declarados, si se exceptúan los pocos sargentos y soldados prisioneros que, del banquillo, donde debieron ser fusilados, como ya otros lo habían sido, tuvieron que vestir la casaca de recluta".- Id. id . (7) Tejada, probablemente incorporado en Popayán o en Quito, era cuz. queño. V. las Anotaciones de Mariát~1i, pág. 25 .

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