Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

SEDUCCIONES EN MASA 251 nes y desdichas, de los esfuerzos y éxitos, de sus ex-conmilitones, y del bregar afanoso y abnegado de sus ídolos, los desafortunado-:> generales Miranda y Nariño; y, más que ninguno, de Bolívar, ya entonces por antonomasia conocido con el dictado de el Libertador. VIII Observadas o sabidas estas particularidades por los conspira– dores de Lima (probablemente por conducto de la propia Guzmán) , acordaron impulsar la propaganda espontánea de ésta; pusiéronse recatadamente al habla con la noble mujer; y habilitáronla debida– mente, para el ensanche de su negocio y la intensificación de la uti– lísima empresa. Muy pronto la simpática abacera trasladóse a una casa fronteriza al cuartel mismo, dotada de tienda, trastienda, al– gunas piezas interiores desahogadas, y un vasto corralón en la tra– sera (22). Este último, con las ramadas respectivas i sirvió de co– medor, al aire libre, para sargentos, cabos y ~oldados; dejóse la tienda, como de costumbre, para el expendio exterior; y la tras– tienda, así como el más amplio de los cuartos, viéronse transfor– mados en fonda ad hoc para los oficiales subalternos~ que, atraídos por la cercanía del local, por su limpieza, por el arte eximio de la propietaria en la confección de potajes a la criolla, y por su agrado, alegre labia y maneras afectuosas concurrieron pronto a ser– virse en el establecimiento. Allí, sin que los jefes superiores lo sos– pechasen, y antes bien con su beneplácito y protección, continuó, con los más felices resultados, la seducción insensible, previamen– te iniciada por la mestiza benemérita en su anterior casatienda de la calle de Guadalupe; al mismo tiempo que Pablo Salazar, colga– do al hombro, con la barjuleta, el cajonzuelo de marras, realizaoa su misión subrepticia intra domo. Allí, diremos con Mariátegui, " se infundieron las ideas de independencia, de odio al gobierno de la metrópoli; de dignidad propia para formar nuevas naciones"; allí "se exaltó a San Martín y a su ejército, que vendrían a libertar– nos; y esas ideas se impregnaron en hombres vivos y activos, y a quienes se hacía conocer que nada tenían que esperar de los es– pañoles y ·sí mucho de los patriotas: las hazañas de Bolívar, pin- (22) Pequeña manzana, hoy, emplazada entre la cárcel de Guadalupe, al E; plaza Instituto de Vacuna, al S; plaza ·Y Penitenciaría, al O; y galletería de Arturo Field, al N .

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