Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

254 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ lo menos, era el pensamiento primitivo de Pezuela. Sólo que, con· tra todas las previsiones virreinales, el desembarco temido consu· móse lejos, en las proximidades de Pisco. X El acantonamiento del Numancia en Surco llenó de contento a los patriotas limeños, porque, acordada la defección para la prim~ . ra oportunidad, ésta habría de hacerse mucho más fácil y rápida fuera de Lima; esto es, en ausencia de las demás tropas reales, y en punto más inmediato al cuartel general elegido por la expedición emancipadora, cuyos múltiples elementos navales habrían estado a disposición de los presuntos defectores. La noticia del desembar– co en Paracas burló, de momento, el anhelado desenlace. Pero los patriotas no por eso se descorazonaron; al contrario, apresuráron– se a enviar ( 11 de setiembre) un comisionado al cuartel general de San Martín, con la noticia de que el Numancia estaba listo para engrosar las filas patriotas; y con la exigencia del pronto envio de un buque de la armada independiente a Chorrillos, a fin de tomar a bordo el cuerpo comprometido, que sólo esperaba aquella ayud:.i para realizar su obra (29). Ese comisionado como vimos en otra par– te, fue el cadete numantino N. Castillo, prooablemente relacionado del oficial de ese apellido, y sobrino - dice Mariátegui - del ca· pitán Pebres Cordero. Sabemos de qué modo el referido cadete y su guía cayeron en manos de las descubiertas o partidas avanza– das de Químper, destacado anticipadamente con la columna de van– guardia hasta lea; y cuál fué la suerte de esos dos primeros emi– sarios de los patriotas. Sólo recordaremos aquí que, en 'lugar de la de Castillo, fué en seguida utilizada la entusiasta cooperación del mercader ambulante Martín Guarniz, que, llegando con toda ga– rantía y seguridad al cuartel general independiente, llenó cumpli– damente su misión (30). Por él supo San Martín que podía contar en el día con refuerzos tan importantes como el del batallón vene– zolano; ventaja que, por supuesto, hubo de entrar, como capital, (29) ''Los patriotas comunicaron a San Martín las órdenes del virrey, e indicaron que si los buques de la escuadra venían a la bahía de Chorrillos, y mandaban a tierra las lanchas y botes, se embarcaría inmediatamente el ba. tallón. Los chorrillanos tenían entonces, y no como ahora, bastantes embar. caciones pescadoras, que habrían también servido para el embarque" .– Anotaciones de Mariátegui, pág . 22. (30) V. a propósito de estos hechos,. el relatado en las págs. 254 y 255, to– mo llI, de esta obra.

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