Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
SEDUCCIONES EN MASA 255 en sus planes posteriores, aunque con éxito retardado, ya por efec– to complicatorio de esos mismos planes, ya por una serie de tro– piezos y circunstancias de todo punto invencibles. Ahora bien, mientras Guarniz, con salvoconductos y aun reco– mendaciones eficaces del propio virrey, debidas a la intercesión de su habilitador el comerciante español Pértica, llenaba audazmente, en Pisco, la comisión que se le había encomendado, ¿qué era lo que pasaba en el cuartel-acantonamiento de Surco? XI Digamos ante todo que. según algunos escritores, la defección del Numancia hubo de efectuarse en la noche del 8 de setiembre, primera de las que el cuerpo indicado pasó en Surco; y que'- si ese acontecimiento no se consumó, fue porque, "mal combinado con algunos de los oficiales del Cantabria y del Infante, que estaban también de guarnición en Lima", el plan fue descubierto por los españoles, que, felizmente, "no pudieron proceder a ciencia cierta", por no tener más que meros '!indicios" de la intentona (31). No parece exacta ni acertada la versión. Defeccionarse e ir a Pisco por tierra era imposible, sabiendo, como se sabía, que en la senda estaban las tropas de Químper, estacionadas en Pisco e lea; y habiéndose interpuesto, como luego se interpusieron, las de Va– lleumbroso y O'Reilly, constitutivas de la división de vanguardia, salidas de Lima el 9, y estacionadas respectivamente en Cañete y Lurín. Hacerlo por mar habría sido fácil e inmediato; pero tampoco era de pronto posible, ya que se hacía preciso avisar anteladamen– te a San Martín o a Cochrane, para que acudieran con su flota a las caletas de Chorrillos o la Chira; y ya se ha expuesto que, aun– que premiosamente impartido, ese aviso primario fracasó con la captura del cadete del Numancia. Lo cierto es que esta captura en pleno viaje, aunque sin hallar en poder del capturado comunicación alguna escrita, despertó, co– mo era natural, las sospechas y cavilaciones de Delgado, comandan– te del Numancia, a quien fueron el cadete y su guía remitidos bajo guarda y custodia por el brigadier O'Reilly, acantonado en Lurín y jefe a su vez intrigado y caviloso con aquel motivo. Puesto (31) Artículo "Numancia el bravo'' de El Correo Peruano de Lima, año III, núm . 800, del sábado 31 de julio de 1847.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx