Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

PLANES Y APLAZAMIENTOS 259 II A mediados del mismo mes de setiembre (2), sobrevino un incidente decisívo, que colmó la satisfacción y las esperanzas de los patriotas: tal fué la conversión al credo de éstos del segundo comandante del batallón y jefe inmediato de su compañía de Ca– zadores, sargento mayor (con grado de teniente coronel) don To– más Heres, hasta entonces furioso realista, aunque venezolano de origen y nacimiento. Esa conversión fué obra del dignísimo sacer– dote quiteño don Joaquín Paredes, perseguido y escapado de su patria como complicado en la revolución regional de 1810; y asila– do en Lima, ciudad en la que por entonces hacía común domicilio con el ilustre presbítero arequipeño Dr. D. Mariano José de Arce (3). Un historiador y un mnemógrafo peruanos han relatado, con detalles que no carecen de interés (4), aquella adquisición impar- (2) Probablemente del 12 al 15, pues ya, con fecha 16, López Aldana y Campino incluyen, en su comunicación o crónica del día, una carta de Tomás Heres a San Martín, en que aquél da a éste noticia del estado de su batallón y del de los demás del ejército realista.-Bibl. Paz Soldán, docum. núm. 23. Por su parte, Mariátegui relata el incidente así: Llegó a tanto el entusias– mo de las tropas (numantinas), que, en dos o tres días que temieron ser de– sarmados, estuvieron continuamente en acecho para salir en formación con sus fusiles y resistir todos si se les quería quitar las armas. Trabajos tuvie– ron que emprender los patriotas para quitarles tan fuerte impresión, que pudo comprometer los planes con tanto tesón meditados y con tanto trabajo pre– parados": Anotaciones, págs. 33 y 34. (3) Ya se dijo en otro lugar que Arce, oculto en Camaná después de ha– ber tomado parte activa en la revo:ución de Angulo y Pumacahua, fue en esa población detenido, traído a la capital del virreinato y recluído en la llamada cárcel de los clérigos, esto es, en el convento de San Pedro, dado por habita– ción, después de la expulsión de los jesuítas, a los RR.PP. del Oratorio de ::>an Felipe Neri. Salido de su reclusión, por influjo de doña Ramona Abascal, hija del virrey de este apellido (a quien tuvo ocasión de dirigir algunos boni– tos versos) "fuése a vivir con Paredes", dice Mariátegui. Agrega éste que am– bos clérigos vivían absolutamente solos, pues no tenían ni criados; razón por la cual su casa era "la más aparente para esconder a los perseguidos''. En esa casa, como se verá en la subsiguiente nota, hallábase oculto el oficial nu_ mantino Rafael Cuervo (después capturado en lugar distinto) y en ella misma efectuóse la entrevista de que resultó la catequización de Heres . (4) He aquí la versión de Paz Soldán: "Hablando sobre las intrigas de los patriotas, dijo Heres: Observo que hay un gran plan de seducción en el batallón Numancia; y, si descubro quién es el autor, haré lo posible para que lo escarmienten o fusilen. En el acto se levanta Paredes y lleno de fuego le dice: Vaya Ud. a decir que yo soy el principal seductor, porque al primero que quiero llamar a la defensa de la! América es a Ud., que tiene sangre de los

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