Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PLANES Y APLAZAMIENTOS 261 IV Vino en seguida el plan llamado "de San Martín", porque este general, en comunicacíón extensa, datada en Pisco el 19 de octu– bre, fué quien lo expuso, detalló y prescribió, con gran daño de la operación misma, ya que, motivando una larga corresponden– cia, y dando margen a multitud de contestaciones, discusiones y medidas secundarias, influyó en que aquella se viese aplazada inde– finidamente. Este plan (7), entusiastamente secundado por el club de los "forasteros", y, más que ninguno, por Campino y López Al– dana, tenía por mira primordial la toma de la fortaleza del Real Felipe del Callao, contando con la complicidad de dos auxiliares ocultos, a saber; el coronel efectivo caraqueño don Juan de la Cruz Cortines; y el coronel grad11ado español Juan de Santalla, coman– dante, a la sazón, del batallón Cantabria. (7) Helo aquí: "Todas las empresas tienen un momento decisivo. En la guerra es difícil conocerlo, y mucho más saberlo aprovechar. Si los patrio. tas del bravo batallón de Numancia están resueltos a dar a la América un día de gloria, y atraer sobre sí el amor y la gratitud del Ejército Libertador, pa– rece que ninguna empresa se presenta menos ardua y más imponente para el enemigo que la ocupación del castillo del Real Felipe del Callao.- Circuns. tandas imprevenibles desde esta distancia deben obrar en la combinación dd plan necesario para esta empresa; pero, según las observaciones que se me han hecho y lo que puede calcularse por principios generales, parece que el golpe sería seguro sobre el castillo del modo siguiente.- En cualquiera de los actos del día en que el batallón estuviere reunido en el cuartel con sus respectivos oficiales y comandante, especialmente antes de salir al ejercicio, pueden ser sorprendidos, con toda cautela y sin estrépito, el comandante y oficiales enemigos, asegurándolos como lo exija el caso. Acto continuo, pues. to a la cabeza el jefe de la revolución, debe imponer pena de la vida en el acto al soldado que diere alguna voz; y, marchando en columna, a tambor batiente, como a hacer ejercicio, seguir a paso de camino hasta el Callao, sin detenerse absolutamente en ninguna otra cosa, sea la que fuere, aun cuando se notare que el movimiento se había sentido. La marcha debe redoblarse, hasta llegar al rastrillo del Real Felipe, a donde se acercará sin tomar otra forma. ción, hasta entrar en él por sorpresa, como quien releva la guarnición, o por la fuerza. Si alguna sospecha o aviso anticipado hubiere prevenido a la guar. nición, en este caso, la necesidad, el peligro, el honor mismo del batallón, autorizan toda medida para posesionarse del castillo. La precaución y la velo. cidad dirán el éxito en esta heroica empresa.- Si por algún accidente se inu. tilízase t~do esfuerzo, el batallón puede replegarse a Chorrillos, en cuya in– mediación encontrarán precisamente situados algunos buques de mi escuadra, con los botes prontos para embarcarlo y protegerlo con los fuegos de mar. Una bandera blanca o azul en el punto más elevado, en Chorrillos o sus in. mediaciones, será la señal de bailarse allí dicho batallón. La señal de intelL gencia en la escuadra será la bandera de Chile en la popa de cada buque y un
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx