Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

264 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ del Numancia en las filas cercanas o costaneras del Ejército Li– bertador (9). VI Sólo que, para efectuar esto último, los numantinos ex1g1eron que antes se procurase la libertad de sus compañeros de armas y de patriotismo, actualmente presos en las mazmorras de los cas– tillos del Callao; a saber: los oficiales Alcina, Alzuru, Bustamante, Campos, Castillo, Cuervo, Guash, Izquierdo y Madrid. La exigencia era racional: consumada la defección del cuerpo, la cólera de los realistas descargaríase inexorable sobre los detenidos, acusados en– carnizadamente de ser los promotores de la rebeldía y de la traición entre sus colegas; y aun podía acaecer que, por venganza, y para escarmiento de cualesquiera otros agentes patriotas, fueran los no– bles oficiales condenados a sufrir la última pena. El patriota N. L. decía a San Martín, el 1? de noviembre, que "cuanto se tenía proyectado con el batallón, se había paralizado con la prisión (29 de octubre) de los dos oficiales que permanecían en los calabozos del Real Felipe" ( 10); y Pardo, Prieto y Compañía anunciaban, el 3, que los oficiales directores (Heres, Herrera y demás) "indica– ban, como necesidad preliminar e indispensable, el verificar la eva– sión de sus compañeros oficiales presos en los calabozos de los cas– tillos del Callao; lo que - añadían aquellos corresponsales - si no es poner una condición imposib'le, es al menos de bien difícil consecución" ( 11). (9) Aún hubo un quinto designio, el más descabellado de todos, a saber: el de que ''el batallón se dispersara y sus soldados se reunieran en el cuarte} general" de San Martín . No vale la pena tal torpeza, que desmenuzaba el cuerpo, invitándolo a la destrucción, que la contemplemos y detallemos en el texto .- Paz Soldán, op. et vol. cit., pág . 103. (10) ''Uno de los que más habían trabajado en el plan - añade el pa. triota N . L. , quien, por la prevención y la virulencia de su lenguaje contra los limeños, parece ser alguno de los dos inseparables López Aldana o Joaquín Campino - cometió la bajeza de denunciarlo; y, si las providencias se han ex– tendido a muchos de los que obraban en él, se debe al justo temor de aquél, que sólo se atrevió a hablar a los de menor opinión y menos conexiones. Sin embargo, como se tuvo un conocimiento exacto de la tropa, desde aquel día hay mucha vigilancia, y se observan hasta los más menudos pasos de los que inspiran algún rece:o":- Bibl. Paz Soldán, doc., N? 28. (11) Bibl. cit., doc . MS. núm. 23 .- Por su parte, Firme (Otero) decía a San Martín: "Se les han presentado cuatro planes, para que adopten el que, según sus circunstancias y situación sea ·más asequible y fácil, o que se pre– sente más pronta coyuntura; pero ninguno resuelven. El uno es tomar esta

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