Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
266 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ en pro de los <lemas oficiales existentes en filas, a quienes, por de– laciones repetidas se pensó en extrañar del cuerpo. Defirió el vi– rrey a sus instancias, y e1 Numancia, destinado a servir en la van– guardia de Valdés, emigró de Lima el 2 de noviembre; partió al norte; y fué acantonado a orillas del río Chillón, entre la infante– ría y la caballería destacadas sobre ese frente. Al partir, Heres re– novó insistentemente la exigencia de facilitar la evasión de sus compañeros. Los "carolinos", distanciados ya de los "forasteros", por motivos que en su oportunidad dimos a conocer (12), pusieron manos a la obra, con total prescindencia de los jefes del segundo grupo (Ló– pez Aldana y Campino), empecinados en creer y sostener que el único plan hacedero y ventajoso era el de San Martín, o sea el de la toma de los castillos. que hay, no se encuentra quién quiera dar medio. Se ha ocurrido a D . Diego Aliaga, quien podía hacer mucho en todo sentido, y, por la más vergonzosa ti– midez, se ha negado abiertamente a que se le hable ni una sola palabra sobre cosas que huelen a revolución (consta que Aliaga hizo lo contrario con los carolinos); y don Lorenzo Lequerica, comerciante americano que hace de pa– triota, después de haber ofrecido 20.000 ps. en virtud de la letra remitida por V. E. (esto es, por San Martín), se retractó indecentemente con pretextos de terror pánico" ... "No hemos ocurrido por dinero - dice el segundo - a Don Diego Aliaga (a quien, no obstante, echan en cara el haberse negado abiertamente) - porque sabemos con evidencia que nos desairaría; pues está tan miedoso, que ni aun quiere ni permite su señoría que pronuncien una sola palabra relativa a revolución; pero sí vimos a otro americano rico, que se da por muy patriota, que es D. Lorenzo Lequerica; y este bribón ( !), después de haberse comprometido a dar veinte mil pesos que, era el presupuesto que hizo un oficial de Numancia para tomar el castillo del Callao, tuvo la debi– lidad y picardía de retractarse a las veinticuatro horas, desairando la obliga_ ción del general. Quisiéramos que S. E. les escribiera, metiéndoles a ambos un buen susto, por la responsabilidad que tienen, el uno, por su miedo, que no deja ni se presta a que le hablen nada útil a la libertad de Lima; y el otro, más criminal por su retractación tan desagradable a la letra referida.– (Bibl. cit., doc., núm. 23) .-Y, mientras tanto, Lequerica figura en las cuen– tas de Boqui con gruesas sumas, y sólo el 24 de diciembre de 1820 entregó 2.000 ps. (muchísimo más había dado para el Numancia), a la vez que otro peruano (José Masueto Mansilla) figura - él solo - en dichas cuentas, con 930 onzas de oro (15.810 ps.) y 17.892 ps.; cantidades que, juntas, dan un total de 33.702 ps., y que, según el propio Boqui, franqueó Mansilla ''a más de la primera partida que obló" antes del 17 de enero de 1821, y que fué para el Numancia . V. los docs. núms. 8 y 23 de Paz Soldán, op . cit., t. I, págs. 408 y 430, pa.ssim. (12) Ver la nota 11 del capítulo IV de este tomo, pág . 264 .
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