Historia de la emancipación del Perú: el protectorado

PLANES Y APLAZAMIENTOS 267 VIII Brazos de 'la célebre evasión fueron nuestros conocidos, los her– manos Portocarrero. Era uno de éstos sargento del batallón Are– quipa, que, mandado por Rodil, encontrábase a la sazón con el Bur– gos y el Cantabria, de guarnición en las fortalezas. Conquistado a 1a causa de la Patria por su hermano Juan de la Cruz (el arrenda– tario de la huerta de Matamanding~~ a la salida de la portada de Guadalupe); y hombre, como éste último, "de inteligencia, de valor a toda prueba y de un arrojo que rayaba en temeridad" ( 13), el sargento en cuestión maniobró con tanto tino, sagacidad y as– tucia, entre sus compatriotas arequipeños - pues lo eran todos los soldados de Rodi'l - que bien pronto estaban gamidos para el plan los individuos de tropa que servían de centinelas de vista frente a los calabozos de los presos. Cosa igual pasó cbn muchos de los que daban la guardia de prevención; obtenido lo cual no faltó ya nada, y no se pensó sino en proceder (14). qerta noche, en las vecindades de Bellavista y no lejos del Real Felipe, hallábase lista, conducida a ese lugar por Juan de la Cruz Portocarrero, toda una caballada, bien aparejada y provista, desti– nada a la salvación de Alcina y de sus colegas (15). Salieron éstos, con ayuda de la propia guardia (16), de sus respectivas ergástulas; (13) Palabras de Mariátegui, opúsc cit., pág. 29. (14) Sin embargo de todo esto, N.L. aseguraba, en su carta del 1? de noviembre, que ''no había arbitrio para ganarse las guarniciones, que se mu– daban frecuentemente, por la indolencia, dice, de esta gente" (los limeños). "Y menos ahora - añade - que se ha redoblado la vigilancia".- "Los que trabajamos - exclama - en esta empresa, no tenemos más arbitrios que nuestros brazos".-Prueba esto, una vez más, que los "forasteros" eran extra– ños a los trabajos de los "carolinos", y hasta los ignoraban; a pesar de lo cual, los primeros aparecen, en el Album de Herrera y en muchas otras obras - sin exceptuar el Diccionario de Mendiburu - como autores exclusivos de la fuga de los numantinos presos, de la defección del Numancia, etc., etc.; arre– batando así la gloria del resultado a los únicos verdaderos hombres merito– rios del suceso. (15) Mariátegui habla de sólo dieciocho caballos; pero no hay duda alguna en que fueron más, dado el número .de los fugitivos, indicado en el texto; salvo que los protectores de la fuga hubieran ido a la grupa de los protegidos, como bien pudo suceder. (16) En los momentos - dice el artículo publicado en El Correo Peruano de Lima (número 800, del 31 de julio de 1847), ya citado anteriormente - en que se relevaba en esa guardia (exterior) el batallón limeño del Número (que fué el protector de la fuga), µJandado por Cortines, con el Concordia, llegado ya de noche a practicar el relevo . Protegidos por las tinieblas y por la amis-

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