Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
PLANES Y APLAZAMIENTOS 271 Recuérdese, asimismo, que Alvarado, al proceder de Hua– cho sobre Chancay con toda la caballería independiente, llevaba ya la mira de facilitar la deserción. Dícelo terminantemente San Martín en la nota que, desde Supe y con fecha 29 de noviembre de 1820 - esto es, cuatro días antes del acaecimiento final - dirigía aquel prócer al ministro de la guerra de Chile, coronel don José Ignacio Zenteno; nota que, en el párrafo pertinente, decía: "Con– siguiente a la retrogradación del enemigo del camino de Sayán so– bre Chancay, y cerciorado por mis espías de haber continuado en retirada su fuerza principal (el Infante y el Arequipa), quedando sólo en Chancay el batallón Numancia y dos escuadrones de caoa– llería, di órdenes al Coronel Alvarado para que se pusiese en mar– cha sobre aquel punto con toda la caballería, a fin de apoyar la deserción del batallón de Numancia, de cuyas intenciones secretas tengo repetidos avisos: y a este fin mandé un emisario oculto a mis corresponsales". XI De ahí la serie de avances y retrocesos, maniobras y movi– mientos, detenciones repentinas y presentaciones aparatosas en que, durante seis días - desde el 27 de noviembre hasta el 2 de di– ciembre de 1820 - incidió Alvarado, inexplicablemente para los españoles, que, preparándose ahincadamente para una acción par– cial que creían ver venir, encontraban, a renglón seguido, suspen– so el propósito del coronel independiente, que a la postre mostrába– se satisfecho, al parecer, con esos escarceos de mero reconocimien– to u observación. Era que, en plena inteligencia Alvarado y los numantinos (por conducto de sus soldados desertores), procuraban, el primero, ofre– cer, y los segundos aprovechar, una oportunidad feliz para el pa– so del cuerpo venezolano, ya enteramente determinado a acabar de una vez. Sólo que Alvarado, militar pesado y miope en la mayoría de los casos, no vió ni utilizó algunas de las ocasiones que Heres y sus camaradas, más expertos y vivos, le ofrendaron en aquellos seis días históricos. Efectivamente, en la tarde de uno de éstos (29 de noviembre), ocurrió que el jefe patriota, como de costumbre, colocárase a tiro de fusil de la división realista, como quien provocase definitiva-
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