Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
272 GERMAN LEGUIA Y MARTINEZ mente a su enemigo a empeñar una acción de armas. El coman– dante Delgado, jefe del batallón, tendió éste en rigurosa línea, pa– rapetándolo tras las tapias de los potreros circundantes. Heres, que mandaba la derecha dispúsose intencionalmente de modo que su extremidad exterior quedara a la descubierta, con lo cual invi– ta ba palmariamente a Alvarado a realizar un flanqueo, que, envol– viendo al Numancia en sus propias filas distendidas, a la par que amagaba y llamaba la atención de los otros cuerpos españoles so– bre su retaguardia expuesta, protegiese la evasión inmediata de los numantinos, que, en aquel instante, abandonando su ubicación y parapetos pudieran replegarse sobre la caballería independiente y, envueltos por ésta última, coronar al cabo la defección. Pero - repetimos - Alvarado no vió en manera alguna aquel blanco vul– nerable; y, tras permanecer inactivo ante el enemigo, efectuó la retirada de siempre, no sin el consiguiente asombro y disgusto de los numantinos complotados (21). XII El 30 de noviembre, por la noche, el capitán don Nicolás Lu– cena, nuestro conocido - aquel a quien, primero que otro alguno, vimos catequizado por el ciego imperio del amor - constituyóse en el campamento del coronel patriota, con cinco soldados de su compañía, y dió la interesante nueva de la retirada de1antera y de– cisiva de Valdés. Inferior éste, en su caballería a la numerosa hueste que de esta arma comandaba su competidor, había resuelto volver a su campo céntrico de Asnapuquio, con la artillería y con los dos escuadrones de Dragones del Perú y Dragones de la Unión, que apenas si ascendían a unos cuatrocientos hombres y ordenado que la infantería del Numancia tomara idéntico destino paulatina– mente, a retaguardia, ya que, por carecer de todo elemento de trasporte, había de efectuar aquella retirada a pié. En consecuen– cia, dijo Luc·ena, los amigos numantinos creían llegado el momen– to de proceder; y aguardaban únicamente que Alvarado picara la ret:iguardia del comandante Delgado, a fin de facilitar y proteger la ya inmediata e inevitable sublevación. (21) B1 diario inédito del general Las Heras, citado en este punto por Bulnes, dice a propósito lo siguiente: "Día 29 de noviembre.- Si Alvarado hubiera permanecido un poco más tiempo delante del batallón de Numancia sin duda alguna todo él se le hubiera pasado, como asimismo que, a pesar de que lo habían mandado poner formado tras de las tapias, tenía su flanco de. recho en descubierto, y sin duda no descubriría esta circunstancia el señor Alvarado" .- Autor y op. cits., t . II, pág. 22.
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