Historia de la emancipación del Perú: el protectorado
DEFECCION FRUSTRANEA DEL " CASTRO" 283 díjole Urquiaga a media voz, casi en secreto, teniendo a su alcance, como tiene Ud., medio seguro de obtener el oro en abundancia".– "¿Y cuál es aquel medio?" interrogó incontinenti, sin poder ocultar su asombro y su ansiedad, el jugador en ruina. "Uno muy sencillo y aún muy fácil, trabajar por la causa de la Patria. ¿No es Ud. coman– dante del Cantabria? ¿No esta Ud. eón su cuerpo, de guarnición en la fortaleza del Real Felipe? . . . Siguieron las explicaciones, las fra· ses elocuentes y vivas 1 la exhortación tenaz en nombre de la paz y de la justicia, del bienestar común y de la libertad. Por fin de fines, esa misma noche, Santalla, que en realidad pertenecía, con La Ser– na, Valdés 1 y demás jefes principales del ejército, al partido liberal o constitucional español, recibía una suma apreciable de dinero de manos de su interlocutor, y comprometíase a procurar la rendición y entrega de los castillos, de acuerdo con el ya catequizado coronel Cortines, y con sus auxiliares y secundadores, los capitantes del ba– tallón del Número, don Antonio Casaux y don Manuel Anaya (7). Urquiaga batió palmas, y voló a participar a sus compatriotas esa que en su hondo civismo concibiera como conquista valiosa y pri– mordial. Aldana, Otero, Campino y los demás "forasteros 11 cayeron en la red y en el engaño; Riva-Agüero, reacio al principio, participó en seguida de la confianza de sus colaboradores; y sólo matuviéron– se alejados y temerosos de un desastre, por la calidad del hombre y sus antecedentes, algunos de los "carolinos", especialmente Mariá– tegui (8). (7) Urquiaga "le ofreció a Santalla, a nombre de San Martín, 200.000 ps. y una renta vitalicia en el Perú o en Europa. La petición de dinero, que le fue dado por Urquiaga de su peculio, fue la consagración de su determina– ción y de sus futuros servicios". - Mariátegui, opúsc. cit ., pág. 46. (8) Oigamos a éste: "Santalla no se propuso servir a la Patria, sino liID– piar los bolsillos de los patriotas . . . López Aldana fue uno de los alucinados . . . Urquiaga puso en su noticia el paso dado con el español. . . y lo comunicó a quien tan empeñado estaba en conseguir la revolución en los castillos (San Martín) ... López Aldana recibió la noticia bajo palio, adoptó el plan, ofreció tra– bajar. . . y trabajó sin tino ni discernimiento. Participado a Riva-Agüero, oyó la relación con sorpresa, desconfió del éxito, temió que hubiese mala fe y per– fidia en Santalla, y protestó no meterse en nada que tuviese relación con se– mejantes personajes; pero después prestó oídos, creyó que algo podía lograr– se cuando se le dijo que, continuados los trabajos por Urquiaga, estaba corn. prometido Cortines y se había escrito a San Martín ... Tanto Urquiaga corno López Aldana, Riva-Agüero, Miguel Otero y otros pocos fueron engañados .. . A mí nada me comunicaron de la participación del último, porque no quise jamás aprobar el paso, habiendo creído que los que con él iriterviniesen debían ser denunciados y sacrificados, y no quería ser víctima de un paso tan falso ''.– Anotaciones, págs. 45 y 46, passim.
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